Por Bryan Hoch
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Todavía había rocío en el césped del George M. Steinbrenner Field durante la mañana del martes, cuando Jazz Chisholm Jr. dio el grito de alerta. Era el día anual de fotos de los Yankees, y el infielder vino preparado con estilo.
Luciendo unas gafas de sol de color púrpura brillante, Chisholm tiró de una cadena incrustada de diamantes que representaba a un personaje de la serie de anime «One Piece». A unos cuantos casilleros de distancia, Anthony Volpe se rio entre dientes. Los retratos oficiales de Volpe serían aprobados al estilo Derek Jeter de los años 90: Brazos cruzados, uniforme perfectamente ajustado, una modesta cadena oculta bajo una camiseta de manga larga.
El término «los opuestos se atraen» se remonta a la década de 1950, y en lo que respecta a su nueva combinación de doble matanza, los Yankees confían en que Chisholm y Volpe se lleven bien. Hasta ahora, lo han hecho.
«Él juega con mucha alegría, mucha energía, incluso en los días que no está jugando y sólo estamos trabajando», expresó Volpe. «Siento que es un gran compañero de equipo. Lo que lo hace tan bueno es que saca lo mejor del resto de los muchachos. Así que es muy divertido compartir con él».
El manager de los Yankees, Aaron Boone, ha notado que Chisholm y Volpe han estado “inseparables” esta primavera, y no sólo en los juegos o en los entrenamientos. Almuerzan juntos en la nueva y moderna cocina del equipo, entrenan en el gimnasio y hasta compiten cara a cara en videojuegos.
«Fuera del terreno, ambos somos niños de corazón, sólo queremos divertirnos y disfrutar de la vida», dijo Chisholm. «En los videojuegos de fútbol, él es muy bueno. En el baloncesto, probablemente también en ‘MLB The Show’, yo le tengo la medida. Básicamente somos el mismo chico».
El cuadro interior de los Yankees fue renovado en los meses posteriores a la derrota de la Serie Mundial ante los Dodgers, ya que al segunda base venezolano Gleyber Torres no se le ofreció un contrato en la agencia libre, y terminó firmando con los Tigres. Chisholm había estado en la tercera base tras su adquisición en julio procedente de los Marlins, una posición que nunca había defendido anteriormente como profesional.
Chisholm impresionó a los Yankees por la forma en que abordó el desafío; durante los meses de invierno, Boone incluso ponderó la idea de dejar a Chisholm en la esquina caliente, pero finalmente decidió que Chisholm encajaría mejor en el centro del diamante. La tercera base se decidirá entre los venezolanos Oswaldo Cabrera y Oswald Peraza (al menos, por ahora).
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