Por Adrian Garro/MLB.com
Simplemente no hay equipo en las Grandes Ligas más encendido en este momento que los Guardianes, quienes terminaron la serie del fin de semana en Anaheim tal como la comenzaron: enrachados.
Después de siete sólidos innings de Ben Lively y un racimo de tres rayas en el sexto episodio, Cleveland completó una barrida de tres juegos la tarde del domingo en el Angel Stadium gracias a una victoria por 5-4.
Los Guardianes han ganado ahora nueve juegos seguidos, la cadena más larga del club desde que establecieron un récord de la Liga Americana con 22 victorias al hilo en el 2017.
Los 36 triunfos de Cleveland en 53 juegos están empatados como la mayor cantidad en la historia del club, una cifra también lograda en 1920, 1954 y 1995.
Si bien es fácil enfocarse en esta seguidilla actual, el mánager Stephen Vogt fue rápido en evitar tomar el crédito de lo que está sucediendo.
“Es divertido”, dijo Vogt en su oficina después del juego, en medio del ruido ensordecedor de la música del clubhouse. “Eso es lo que hacen estos muchachos. No he hecho nada. Todo se trata de los hombres allí dentro. Este equipo… creen en cada de ellos y luchan por cada uno de ellos”.
Un doble de dos carreras en el tercer acto del puertorriqueño Jonathan Rodríguez le dio a Lively una ventaja temprana de 2-0 sobre Reid Detmers y los Angelinos, pero esa diferencia se evaporó en la quinta, cuando Lively permitió un sencillo de Zach Neto y un jonrón de dos carreras de Matt Thaiss.
Minutos después, los Guardianes rompieron el empate con un sexto acto de tres carreras, liderado por una serie de bases por bolas, un golpeado con las bases llenas a Tyler Freeman, un sencillo remolcador del venezolano Andrés Giménez (quien lidera las Grandes Ligas con un promedio de .468 y es sexto con un OPS de 1.226 con corredores en posición de anotar) y otro boleto con las bases llenas al astro dominicano José Ramírez.
Giménez fue golpeado en la cabeza por una recta de 95 mph que se le escapó a Detmers en el tercero, pero se levantó rápidamente y permaneció en el juego después de ser examinado por el personal médico de los Guardianes.
Tres entradas más tarde, el infielder trajo una carrera que resultó ser vital con ese sencillo en la sexta.
“Es simplemente un jugador de béisbol”, describió Vogt a Giménez. «Lo digo sobre muchos de nuestros muchachos, pero [Giménez] es un profesional”.
Giménez señaló que esta fue la primera vez que recuerda haber sido golpeado en la cabeza por un pitcheo, y espera que también sea la última.
“Es un grupo especial, jugadores especiales”, mencionó Giménez sobre el electrizante béisbol que está jugando su equipo. “Jugamos el juego todos los días con la misión de jugar un partido de béisbol ese día”.
El boleto con las bases llenas de Ramírez luego del sencillo de Giménez en ese decisivo sexto inning hizo que algunos se preguntaran si los Angelinos estaban, de hecho, lanzando alrededor de la estrella dominicana.
“No lo sé”, dijo Giménez con una sonrisa cuando le preguntaron su opinión sobre el turno de Ramírez. “Pero hay cosas que suceden en este juego… Está bateando muy bien. Así que no me sorprendería si están tratando de lanzar alrededor suyo”.
Esa ventaja se mantuvo, ya que Lively terminó lanzando siete episodios con cinco ponches y un total de 92 lanzamientos. Fue su primera salida de calidad desde el 4 de mayo.
Scott Barlow sobrevivió a un ataque de los Angelinos en el octavo y el dominicano Emmanuel Clase sumó su 17to salvamento, el tope en las Grandes Ligas, para sellar la victoria.
¿Qué es lo que hace que a Vogt, cuya carrera como manager solo tiene 53 juegos tras 10 años en las Grandes Ligas como jugador, le esté yendo tan bien en Cleveland?
“Simplemente lo entiende”, opinó Lively. “Él nos entiende a todos y deja que cada uno sea como es. Nos hace sentir cómodos, nos prepara para estar listos todos los días y listos para estar aquí. … Todos tienen confianza en este momento. Todos están bateando. … Es simplemente un béisbol divertido”.
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