Por Greg McKenna
Tampa Bay Times/San Petersburgo
Harold Ramírez estaba teniendo un gran año. Adquirido de los Cachorros a fines de marzo, ingresó el domingo bateando .329, bueno para el tercer mejor en las mayores.
Brandon Lowe dijo que Ramírez ha sido “tan All-Star” como cualquiera que jugará el martes en el Dodger Stadium. Sin embargo, Ramírez, de 27 años, se perderá al menos cuatro o cinco semanas después de fracturarse el pulgar derecho en la primera entrada del domingo cuando fue golpeado por una bola rápida de 91 mph del abridor de Baltimore, Jordan Lyles.
“Definitivamente se va a extrañar su presencia, especialmente en la alineación”, dijo Lowe. “Pero espero que no se aburra como persona, todavía puede aparecer y ser el Harold Ramírez que nos ha traído esa energía”.
La cirugía no se considera necesaria en este momento, pero se sabrá más cuando sea reevaluado en dos semanas. Cash y el entrenador atlético en jefe Joseph Benge salieron inmediatamente del banquillo para evaluar el daño, y Ramírez finalmente tomó la primera base. Fue reemplazado en primera en la segunda entrada por Luke Raley.
El promedio de bateo de .366 de Ramírez contra los zurdos fue el cuarto mejor en las Grandes Ligas, y bateó de 16-8 como bateador emergente. Después de su lesión, solo siete jugadores en la lista de 28 jugadores del día inaugural de los Rays han permanecido activos durante toda la temporada.
“Todo el mundo se ha lastimado hombre tras hombre”, dijo Ramírez a través del intérprete del equipo, Manny Navarro. “Simplemente no quiero ver que eso le suceda a nadie más”.
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