Por Keegan Matheson
LasMayores.com/MLB
Hasta que los Azulejos realicen un movimiento importante que vuelva a centrar la atención en el 2025, es difícil no pensar en lo que está por venir.
Las eras en el béisbol no tienen una duración definida. Aún se puede considerar ésta como la era del dominicano Vladimir Guerrero Jr. y Bo Bichette, con los Azulejos intentando cumplir los planes trazados hace casi una década para construir en torno a un núcleo joven. Antes de ésta, estuvo la era del quisqueyano José Bautista y el “grupo de renegados” que logró que Toronto regresara a la postemporada.
Entonces, ¿qué sigue? Los Azulejos podrían extender este buen momento renovando a Guerrero Jr., pero a estas alturas, tendrían que ofrecerle prácticamente todo para evitar que pruebe la agencia libre el próximo invierno, cuando apenas tendrá 26 años. Otra firma de alto perfil también podría extender esta ventana, algo que el club ha intentado con Shohei Ohtani, el astro dominicano Juan Soto y otros, pero aún no ha concretado. El contrato más grande en la historia de la franquicia sigue siendo el de George Springer, de seis años y US$150 millones en enero del 2021.
Esta pregunta podría marcar la temporada del 2025, especialmente si Toronto luce similar a la escuadra del 2024.
A medida que cada temporada muerta avanza y los entrenamientos primaverales comienzan a acercarse, siempre pienso en cuál será mi primera pregunta o mi primera nota cuando empiecen los campamentos. Este año, siento que la respuesta es el futuro de Vladdy con la organización. Ése no es un lugar ideal para los Azulejos.
Junto con Guerrero y Bichette, Chris Bassitt entrará en el último año de su contrato de US$22 millones. Chad Green también finalizará su contrato, con un valor de US$10.5 millones. Si la historia reciente sirve de indicador, Toronto hará algunas adiciones de veteranos con acuerdos de un año.
El contrato de Kevin Gausman terminará después de 2026, y el puertorriqueño José Berríos tiene una cláusula de salida que podría ser atractiva en este mercado si sigue lanzando bien. Springer, el mexicano Alejandro Kirk y Daulton Varsho serán agentes libres tras el 2026 también. Claramente hay un camino que los Azulejos podrían tomar en un año si lo desean. Una adición importante cambiaría completamente esta ecuación, pero no lo hemos visto aún.
El club ha llevado sus nóminas a niveles récord en años recientes. Además, la directiva ha invertido US$400 millones en renovaciones del Rogers Centre y más de US$100 millones en el complejo de desarrollo de jugadores y su sede primaveral, el TD Ballpark. Nada de esto se alinea lógicamente con una reconstrucción tradicional tan pronto después, pero como hemos visto en estos últimos dos inviernos, el dinero no es el único factor.
El sistema de ligas menores de Toronto ha producido jugadores de Grandes Ligas, pero necesita volver a producir una estrella. Ésa es la clave.
Si los Azulejos hubieran desarrollado a uno o dos jugadores por encima del promedio en esta era competitiva, eso podría haber liberado US$10 o US$20 millones para gastar en otras áreas. Parece que este sistema se ha quedado cerca de lograr ese impacto, pero no lo suficiente.
El prospecto número 4 del equipo, Ricky Tiedemann, quien llegó a ser el mejor lanzador en sus fincas, es un talento impresionante cuando está en salud, pero pasará gran parte del 2025 recuperándose de una cirugía Tommy John. El prospecto número 2, el dominicano Orelvis Martínez, es un bateador de poder capaz de marcar la diferencia, pero se perdió la segunda mitad del 2024 debido a una suspensión de 80 juegos por uso de sustancias para mejorar el rendimiento. Cuando llueve, cae un aguacero.
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