Argentina vive otro momento de crisis de gobierno y económica lo que ha impedido que River Plate envíe, al Junior de Barranquilla, el giro en dólares correspondiente al acuerdo por la cesión de Miguel Ángel Borja al equipo que dirige Marcelo Gallardo que, la noche del domingo, perdió 3×2 con Huracán en la Superliga del fútbol argentino.
Martín Guzmán, Ministro de Economía, renunció el sábado en medio de la escasez de dólares en el Banco Central y la depreciación del peso argentino menguado por la disparada interna del dólar hacia arriba.
El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina de Kirchner están enfrascados en una lucha de poder en la que Fernández ha llevado la peor parte.
Más de dos días después de la renuncia de Guzmán, el presidente Fernández hizo, por fin, el anuncio de la nueva ministra de economía, Silvia Batakis, de la entraña de la vicepresidenta Kirchner lo que, para la mayoría de los argentinos, es la confirmación clara y fehaciente que es ella la que gobierna y no Fernández.
La ministra Batakis tomará la papa caliente de cumplir con los pagos al Fondo Monetario Internacional en medio de la escasez del dólar y de la oposición de quienes consideran que el FMI es un fondo buitre de cuello y guante blanco.
Lo curioso es que para prestar dinero al FMI sí es un fondo. Cuando el mismo fondo les cobra, lo rebautizan como fondo buitre.
Si Argentina no cancela las próximas cuotas, de préstamos cercanos a los 50.000 millones de dólares, caerá en default (impago) y su economía quedará aislada del comercio mundial.
De no creer, pero es real. El estado de desorden administrativo, político y económico que vive la Argentina está incidiendo directamente en poder cerrar el traspaso de Borja a River Plate.