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Año No. 16
Edición No. 4.456

DIRECTOR Hugo Illera
EDITOR GENERAL Fabián Buendía
EDITOR DIGITAL Lizeth Torres

Desde Barranquilla, el deporte en un click

El primer diario deportivo de la Costa Caribe

DIRECTOR
Hugo Illera
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Fabián Buendía
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Lizeth Torres

Pelotas y Letras | Por Hugo Illera | Anotaciones sobre Colombia 2 x Japón 1

Los triunfos en cualquier deporte alivian las tensiones mientras se está desarrollando el montaje de un equipo. En el fútbol es vital. Sea que se juegue mal o regular, si hay victorias, estas dan tranquilidad mientras se consigue el punto ideal que necesita el entrenador.

En el caso de la Selección Colombia, Néstor Lorenzo ya ha jugado 6 partidos con 4 victorias y 2 empates con 13 goles a favor y 6 en contra, 78% de rendimiento frente a buenos equipos como los orientales Corea y Japón, estables como México y USA en América y regulares como Guatemala.

Después de la gira por Asia, quedan más cosas positivas que negativas como por ejemplo, la cantidad de jugadores jóvenes seguidos por el cuerpo técnico, convocados y puestos a jugar.

Hablo de Carrascal, Mosquera, Llinás, Cuesta, Lucumí, Alexis Pérez, Atuesta, Velásquez, Borrero, Arias, Durán o Castaño y de otros con alguna experiencia en convocatorias como Chunga, Muñoz, Machado, Cucho o Valoyes.

Hay algunos que se han adelantado al resto como Carrascal, Arias, Castaño o Durán.

Entre unos y otros están los veteranos que seguirán viniendo hasta cuando se pueda seguir sin ellos. Ospina, Vargas, Falcao, Rodríguez, Cuadrado, Uribe, Cuéllar, Lerma o Barrios.

De los partidos observados, en el último ante Japón vimos cosas nuevas que, poco a poco, nos van mostrando la idea de Lorenzo, los jugadores que se amoldan a esa idea y los progresos.

Uno de los gravísimos problemas que tuvo nuestra selección, con miras a Catar 2022, fue la falta de creatividad, de generación y de anotación de goles. Siete partidos consecutivos sin gol hundieron la posibilidad de estar en el mundial.

Frente a los japoneses hubo generación de fútbol, recuperación, administración, secuencia de pases, movilidad para intercambiar posiciones, velocidad en las salidas ofensivas, conservación del circuito defensivo y remates afortunados a puerta.

En medio de todo se notó algo que ya es evidente. Lorenzo quiere un juego decididamente colectivo. Sin fijar a un 9 en punta esperando balones que jamás le llegarán y un 10 por donde siempre deba pasar el balón.

Ahora el colectivo genera, rota, se junta, y se nota la parte lúdica del juego. Simple, se trata de jugar. El fútbol es un juego que hay que jugar.

Explico. Frente a los nipones fue notable  la movilidad de Borré – Durán – Carrascal – Arias. La movilidad de los volantes ofensivos Carrascal y Arias e intercambio de posiciones, yendo y llegando, con los delanteros Durán y Borré. Cambiar externos por internos para aparecer y rematar a puerta.

No se juega con un punta visible, ni con 10 clásico pues entran y salen los dos delanteros y los dos volantes ofensivos. Sin prisa, ni desorden, como cuando estuvo abajo en el score.

En las últimas experiencias de la selección, la presencia de un volante clásico 10 era imprescindible. Con la idea que se está desarrollando no hay la obligación que sea solo el 9 quien remate a puerta y sea goleador. O que el balón tenga que pasar, necesariamente, por los botines del 10.

Esa nueva situación ha mostrado que, en los seis partidos de la era Lorenzo, se han anotado 13 goles a través de 9 jugadores diferentes, delanteros, volantes y hasta zagueros y de esos 13 goles, doce se han gestado con pases gol.

Lo de la búsqueda de llegar, rematar y anotar se nota con claridad. El trabajo de volante suelto y “falso 9” de Carrascal salió de buena manera. El de Borré y Durán tirados por las bandas igual y ese trabajo denodado de transitar por el medio de Arias en juego ofensivo, tal vez fue de lo más destacado.

De las cosas a mejorar la primordial será evitar los goles de camerino que abrieron el score contra nuestra selección. Hablo de México a los 6 minutos, de Corea a los 10 y de Japón a los 3.

Sin embargo, eso nos dio la posibilidad de ver a una Colombia reactiva con orden, sin apresuramientos, hasta empatar o ganar.

Eso se logra con la lección aprendida, con la claridad de lo que pretende el técnico y de cada individualidad.

Ante los orientales vimos diferentes dibujos tácticos. El 1-4-4-2 con el que se comenzó con presión en el propio campo japonés, el 1-4-1-4-1 en pasajes del juego como una situación de juego, más que como un propósito, el 1-4-1-1-4 en ataque decidido y el 1-5-4-1 del final del partido cuando entró Cuesta por Durán.

Hay posiciones en las que se pudiera decir que ya se insinúan jugadores titulares. En el arco Ospina o Vargas, Muñoz como lateral derecho, Lucumí como central zurdo, los volantes Valoyes, Carrascal y Arias y los puntas Borré y Durán.

Por supuesto que hay que tener en cuenta el regreso de Lucho Díaz, Sinisterra y saber si la no convocatoria de Cuadrado fue transitoria o definitiva.

Bueno, son solo algunos conceptos al vuelo anotados mientras rodaba el partido que ganó Colombia 2×1 a Japón.

Corre un fresquito de situaciones nuevas, de movilidad, de rapidez, de cambio de conceptos que dan para pensar en un futuro halagador…

Barranquilla
Marzo 28, 2023

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