En el primer tiempo, del triunfo de Colombia 4×0 sobre Chile, recordé aquello que el impacto de ir a la altura se siente más dos o tres días después de volver a la orilla del mar. Es un tema fisiológico que tiene que ver con la generación de glóbulos rojos. Es posible que el inicio del juego parsimonioso de nuestra selección tuvo que ver con eso.
Cada vez que vas a altura encuentras a la altura, no se achica. Cuando vienes al calor es posible que no salga el sol, como esta vez, o llueva a chorros y se baje la temperatura, o caiga un sereno que arrebate el calor.
Fue primordial que Colombia hubiera anotado su primer gol antes de terminar el primer tiempo.
Siempre recordaremos ese gol de doble cabezazo. De leche, de arepa, sin querer queriendo o, como lo quiera llamar, la anotación de produce porque Colombia la buscó: el tiro de esquina de James, el cabezazo buscado por Lucumí y el golpe “de suerte” en la cabeza de Davinson.
La segunda fase fue otra cosa. Vimos a Colombia jugando a su forma y manera.
Chile siguió jugando de manera intrascendente, sin la reacción que se esperaba y, entonces, vimos una jugadita inverosímil en una selección nacional.
Un toque-toque del arquero Cortés, con Loyola y Pulgar dentro de las 18 yardas, la entrega “inocente” del balón de Pulgar a James, el pase y el remate de Lucho para el segundo gol me olió a cajón con clavos de Drácula. Gareca huele a beso de Judas. Lo quieren sacar y lo sacarán los jugadores.
Gareca planteó 1-4-1-4-1 con Chile para reducir espacios a Colombia, para tratar que no aparecieran ni Lucho, ni Arias, ni James y para que no salieran del fondo Lerma y Ríos. Hubiera podido plantear un 1-10 que “con esas ganas” de sus dirigidos igual hubiera perdido.
Mientras Colombia solucionó su discreto primer tiempo, Chile jugó siempre de manera abúlica.
No voy a decir que fue la peor Chile a la que hemos enfrentado. Diré más bien que la madurez de Colombia le dio la oportunidad de “despertar” en el segundo tiempo y golear.
Ganar, golear, gustar. Y eso que “regalamos” el primer tiempo…
Barranquilla
Martes 15 de octubre, 2024
- Oct 15, 2024
- Hugo Illera
Pelotas y Letras | Por Hugo Illera | Colombia, un solo tiempo bastó
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