Partidazo el de Colombia ante Argentina, bien planificado, estratégicamente bien desarrollado, con un golazo maradoniano de Lucho Díaz ante el mismísimo Messi y en un estadio Monumental con 85 mil personas perplejas, fascinadas, aunque la emoción contenida y atragantada para no cantar el súper ultra golazo.
La majestuosidad del gol, la lúdica del juego de Colombia, el marcador arriba 1×0 se vio empañada por la sentada en la gramilla de John Lucumí, a diez minutos del final, lo que permitió que Thiago Almada anotará el gol del empate 1×1 después de un pase de Exequiel Palacios.
Tamaña imprudencia de Lucumí, porque evidentemente nada tenía, fingió una falta en el peor momento de una Argentina lanzada al ataque, con una Colombia bien parada sustentando su marcador a favor, hasta que a Lucumí se le dio por su gracia.
El partido iba camino de terminar 1×0 a favor de Colombia y, con ello, la suma de 3 puntos que, sumando 24, ponían a Colombia en el dintel de la clasificación.
Embarrada la de Lucumí que echó por tierra lo que hubiera sido un triunfo brillante 1×0 y no un empate 1×1 que ha dejado su frustración porque, de verdad, Colombia resucitó con su fútbol brillante después de cinco partidos pobres, paupérrimos, en los que sólo sumó 2 de 15 puntos bajando al límite de clasificación, o repechaje, o eliminación.
Injusta la imprudencia de Lucumí que le volteó el destino a semejante partido bien jugado, a un triunfo maravilloso enmarcado por un golazo que jamás olvidaremos, ni ellos, ni nosotros, ni el mundo del fútbol.
El DT Lorenzo sorprendió al entrenador Scaloni porque no esperó un dibujo táctico 1-4-3-3, sin un punta definido, con Lucho Díaz como un falso 9 que entraba, salía y se tiraba por el sector izquierdo y de repente volvía al centro en un trabajo, de tal magnitud, que ni De Paul, a quién Lucho le hizo un taco con paragüita incluido que hasta hizo reír a los propios argentinos, Paredes, Romero y Otamendi pudieron interpretar haciendo el ridículo una y otra vez hasta el concierto en fútbol mayor que les hizo antes del majestuoso gol al ritmo del tango 4×4: 1,2,3,4 y golazo.
Mier imbatible, el cuarteto posterior Muñoz-Davinson-Lucumí-Machado impecable hasta la sentada de Lucumí, el tres delante de ese 4 Ríos-Lerma-Castaño impasable y constructor desde el fondo y el 3 adelantado Jaminton-James-Lucho saliendo rápido, construyendo y rematando jugadas.
Ahí comenzó el enredo para Messi y Argentina. Después fue una historia con Colombia montada y manejando el juego, ganando desde el minuto 24 hasta la sentada de Lucumí en el minuto 80 que abrió el resquicio para el empate de Thiago Almada. Jugada que dolió doble porque llegó desde un saque de banda.
El concierto iba bien, hasta que apareció el león sordo…
Barranquilla
Junio 10, 2025


- Jun 10, 2025
- Hugo Illera
Pelotas y Letras | Por Hugo Illera | El partidazo, el golazo de Lucho y la sentada de Lucumí
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