Ha terminado el juego Colombia 2 x Paraguay 2 en el Metro. Estoy escuchando la rechifla de los aficionados rechazando la actuación de nuestro seleccionado. Es la primera vez que hay un rechazo de ese tenor en la historia de los clasificatorios en Barranquilla.
Es la forma que tiene el hincha de protestar por el juego, por el resultado y por los últimos seis partidos. Es que se han perdido cuatro juegos de seis, tres en línea con una victoria y un empate, el de esta noche, que dejó sabor a derrota.
El principal responsable de este desfondo de la selección es el DT Néstor Lorenzo. Siempre lo he considerado un entrenador capaz, manejador de situaciones y del grupo.
Algo comenzó a romperse, de esa confianza que he tenido por él, cuando dijo, antes del juego, que “no patearía el tablero”. Es una expresión que se usa para señalar que no haría cambios en la nómina titular que ha venido actuando.
Es algo así parecido como que “muero con la mía” que usan los técnicos en situaciones de crisis, por falta de resultados, como ahora con Colombia.
Con el debido respeto, me pareció poco inteligente. Siempre lo he creído así porque, cada vez que lo he escuchado, he tenido que informar, al día siguiente, el “sepelio” del técnico. O sea su despido.
Si después de perder 4 de 6 partidos o ganar 1 punto de 12 posibles no mueves tu nómina, entonces es que no tienes más ideas para poder superar el bache de puntos que te tiene en el límite de la clasificación.
Un sexto lugar que nos mantiene clasificados directamente no por lo que hemos hecho últimamente sino porque los que están debajo son selecciones deficitarias por no decir malas. Eso es lo que nos mantiene a flote.
El nivel de la mayoría de los jugadores, del once titular, y de los que son modificaciones casi que cantadas es discreto. Comenzado por Camilo Vargas, pasando por Daniel Muñoz, John Lucumí y Johan Mojica, más la dupla Richard Ríos y Jefferson Lerma, James Rodríguez, John Córdoba y otros.
Que Lorenzo es responsable sí, pero también los jugadores que, después de la Copa América, se redujeron a su mínima expresión. ¿Qué pasó después de caer con Argentina? Quisiéramos saberlo.
Esta noche John Arias salió de esa lista. Era el mejor junto a Luis Díaz y Lorenzo lo sacó para meter a ¡Yerry Mina! Esa sí es responsabilidad absoluta de él. Sólo dos cambios mal efectuados porque si iba a sacar a James Rodríguez era para meter a Juan Fernando Quintero y no a Jaminton llamado en esta última convocatoria. Pero dejó a Quintero en el banco sin jugar en los dos partidos. Válgame Dios.
Y si quería jugar con tres hombres en el fondo, con Mina para rechazar el juego aéreo, debió hacerlo desde el comienzo del juego. Es posible que no lo haya hecho por “el qué dirán”.
En esto del fútbol hay comentarios, suposiciones, conceptos, sentencias a lo largo y a lo ancho de los partidos o torneos.
Preguntarán por qué no incluyo a Lucho Díaz en la lista. No lo hago por la sencilla razón que es el mejor jugador de nuestro seleccionado y porque ha rendido.
Había un sonsonete sobre que Lucho debiera hacer más en definición ¡gol de Lucho! Sobre que Lucho debiera ser más colectivo ¡pase gol de Lucho a Durán! Que Lucho debiera marcar más goles ¡Lucho goleador de la eliminatoria junto con Messi!
Es posible que, en estos enredos, se le pida más al que da, que al que no.
El DT Lorenzo y sus asistentes no le pegaron a una sola modificación ni ante Brasil, ni ante Paraguay. Contra los brasileros cambios al final del juego para cerrar las bandas (Borré, Castaño y Carrascal) y el juego se perdió.
Y esta noche, frente a los paraguayos, hizo los dos cambios que antecedieron al gol del empate de los paraguayos y es como si se hubiera quedado con el doble seis en el juego de dominó. No le sirvió y terminó “ahorcado”. Y fue tan dura su equivocación que, después, no se atrevió a hacer uno más. Debe ser la primera vez que Colombia hizo sólo dos sustituciones.
Los brasileros hicieron sus 7 cambios y su seleccionado creció y ganó. Lorenzo hizo 4 y perdió. Podía hacer 7 también. Los paraguayos hicieron sus cinco cambios y su seleccionado creció, empató, y un minuto más, y ganan.
O sea que ni titulares, ni suplentes y, encima de eso dice que morirá con la tuya. Terrible equivocación y declaración que, por lo general, antecede a la botada de los técnicos.
Es que después del juego le escuché decir que haría una reunión por zoom con los jugadores porque hay que abordar en serio el tema del nivel y las modificaciones que habría que hacer.
O sea que sí había que patear el tablero después de ganar 1 punto de las últimos 12 y después de perder 4 partidos de 6.
Las caras de Lorenzo y las de Quintero y Arias que alcancé a ver, eran de desencanto. Del entrenador como sin saber qué hacer. Y la de los jugadores sin saber qué pensar. Algo, evidentemente, no está bien.
Porque eso que el primer tiempo no se jugó bien, que lo dejó preocupado y que los cambios le dieron resultado es de otro partido. Porque el primer tiempo fue lo mejorcito de Colombia, con un Arias haciendo su mejor juego en varios partidos y después lo sacó.
En serio profe, ¿no se quedaría usted dormido?
Barranquilla
Marzo 25,2025


- Mar 25, 2025
- Hugo Illera
Pelotas y Letras | Por Hugo Illera | El profe Lorenzo y el tablero que no quiso patear
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