Es posible que James Rodríguez haya sembrado vientos y recogiera tempestades. El posible, también, que su forma de enfocar su joven vida, en momentos en que el Mundial del 2014 lo hubiera marcado de por vida como el extraordinario futbolista que ha sido, le hubiera traído todos los problemas habidos y por haber.
Es posible que su temperamento, su petulancia, su pelea diaria con los técnicos le trajera conflictos que sólo lo perjudicaron a él. Es posible que cuando estuvo en el Real Madrid se quejará del calor y en el Bayern Múnich se quejara también de los horarios de los entrenamientos en la estación de invierno.
Su pelea diaria contra el mundo, los malos momentos que sólo lo dejó como perjudicado a él, la exigencia de pleitesía en los equipos y en la selección haya generado la corriente de rechazo que el mismo sembró.
Eso está claro, pero sintiendo la necesidad que sentimos todos en medio del partido Colombia vs. Perú, desde el técnico Lorenzo que lo había dejado en el banco por temas de su preparación física, y su ingreso a la cancha, también está claro que algo ha cambiado en James.
Su entrada le dio orden al combinado nacional que hacía un partido bien discreto y, muy a pesar de comenzar a perder 1×0, en el fondo sabíamos que con James en la cancha y la búsqueda permanente a Lucho Díaz, Colombia podía solucionar el mal primer tiempo y el marcador en contra.
Y así fue y el partido no sólo se empató 1×1 sino que pudo haberse ganado. El James aquel ha ido quedándose atrás desde la llegada de Néstor Lorenzo. Ahora llega temprano a las convocatorias, es uno más, nada de pose de estrella estrellada, en las zonas mixtas acepta de buen agrado las entrevistas y es un cohesionador dentro de las concentraciones.
Algo ha unido a James con Lucho. Se buscan en la cancha, en los festejos, en la solidaridad dentro del campo. Lucho, el más connotado de nuestros futbolistas en el exterior, lo ha hecho sentir bien a pesar que las cámaras ahora lo buscan a él, ve con agrado que sea capitán y hasta lo coronó simbólicamente en uno de los goles fabricados por los dos en Copa América.
Pueda ser que se tenga prevención por parte de algunos aún, pueda ser que haya quienes todavía no comulguen con él y no le den el merito de haberse sacudido de las cosas que le hacían daño.
Lo cierto es que la realidad nos indica que James Rodríguez tiene fútbol, que en la selección cuando está se siente su fútbol de construcción y cuando no está se le extraña.
Como pasó esta noche en Lima…
Barranquilla
Septiembre 6, 2024
- Sep 06, 2024
- Hugo Illera
Pelotas y Letras | Por Hugo Illera | James Rodríguez y una necesidad constante
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