Es posible que los jugadores que vinieron al Junior de Barranquilla este año, y que solo habían vivido la experiencia de no ganar y el impacto que genera eso en la hinchada, estén sintiendo lo que pasa en la ciudad cuando el Junior obtiene victorias.
Hay jugadores que vienen de clubes chicos y, en los mismos, no tienen el peso y la presión que sienten una vez comienzan a trabajar en el equipo Tiburón o bien pisan el aeropuerto.
En estos días, posteriores a la victoria sobre Equidad, van a sentir el cambio. El tema no es que haya presión y que el Juniorismo esté pendiente del equipo las 24 horas del día, sino centrarse y poner en contexto el cambio significativo que opera en la vida de cada uno de ellos.
Que el éxito no es llegar al Junior, y haber firmado el contrato de sus vidas, sino que la gracia es venir, jugar y rendir para que abran más puertas deportivas y económicas.
Es que pareciera que la cantidad de dinero que comienzan a recibir, y que nunca han recibido en su carrera, fuera inversamente proporcional al paupérrimo rendimiento que exhiben.
Que primero es jugar al fútbol, que es su profesión y por el cual se traen al Junior, y después el placer de vivir bien.
Es que sucede, y eso es incuestionable, que la camiseta del Junior pesa. Hay infinidad de jugadores nuevos y consagrados que han venido y que se han ido sin dejar recuerdo de su paso por aquí, porque la camiseta les quedó grande.
Junior es historia, es patrimonio de la ciudad y del Juniorismo que lo sigue. En Barranquilla no ha podido prosperar un segundo equipo y el Junior es igual de importante que el carnaval con la diferencia que el carnaval es de año en año y el Junior es el pan diario de cada día.
En la historia aparecen el Sporting dos veces, Unicosta, Uniautónoma, segundos equipos que tuvieron vida efímera porque en la ciudad, el Junior ocupa todo el querer de la gente.
Cuando Junior gana y marcha bien, el ambiente de la ciudad es otro, las caras de los barranquilleros señalan que, como dice el Pibe Valderrama, todo bien, todo bien.
Ojalá los jugadores sopesen la sensación de bienestar que producen las victorias del Junior y sigan ganando y apostándole a llevar al equipo a disputar finales para ganar títulos.
Finalmente el tema es bien lógico. Es mejor ganar que perder…
Barranquilla
Febrero 28, 2023