Pelotas y Letras | Por Hugo Illera | Junior, un empate con cara de triunfo

A veces no ganas, pero tu actitud en la cancha te hace triunfador. Es posible que comiences el juego como no planeaste porque el rival te lo impide, como pasó con Junior en Pasto. Le metió pelotazos, que en la altura son mortales, y lo ahogó en su propio terreno.

A los 16 minutos recibió el gol de Andrés Alarcón y, justo después de ello, Junior pudo pasar de la mitad del campo y llegar al arco de Cabezas. Y se produjo el penal que le hicieron a Báez.

Antes, la Data decía que la posesión del Junior era del 38% y no tenía, ni aproximaciones a puerta, ni remates en absoluto. Cuando pudo pasar, el penalti cobrado por Cariaco, a los 21 minutos, fue el primer remate a puerta y la primea vez que Junior pudo salir del cerco del Pasto.

Pero, el empate, no cambió el juego. Pasto siguió con su superioridad manifiesta, los pelotazos, su rapidez en recuperación y salida en ataque. Entonces vinieron los goles de Caicedo y el segundo de Alarcón, ambos de cabeza.

El 3×1 desfavorable al Junior, era justo en ese momento. La superioridad pastusa se notaba en la presión, en los balones aéreos y en los cabezazos que ganaba.

El fin del primer tiempo fue un alivio. Farías o pensó rápido o ya estaba sabido de cosas que le podían pasar y cómo contrarrestarlas.Al regreso del primer tiempo, creo

que todos acertamos en que Teófilo debía salir  pero fue sorpresiva la quedada en el camerino de Chará y Cariaco.

La idea de meter a Ángel y Cuenú perdiendo 3×1 se interpretó, como dijo John Romero en Emisora Atlántico, “para no dejar que lo golearan”. El único del circuito de ataque que ingresó fue Titi Rodríguez.

Hace muchos años, siendo Jefe de Prensa de la Selección Colombia, Maturana cambió a un delantero y metió  volante recuperador. Fue muy dura la crítica mientras se jugaba el partido. Y oh sorpresa. Colombia ganó un partido que perdía. Le pregunté a Maturana en la intimidad del resultado, mientras esperábamos comenzar la rueda de prensa post partido, y fue certero en su apreciación: no teníamos el balón y debíamos recuperarlo. Es que sin balón no se juega. Nunca olvidé la corta lección llena de tanta verdad.

La intención de Farías, con los cambios, para comenzar el segundo tiempo, volvió a revertir una situación adversa. Cada cambio tiene un propósito. No se hace a la bulla de los cocos.

Ingresó a Cuenú para hacer un tres en el fondo Báez-Cuenú-Rivera y contrarrestar el juego aéreo en el que Junior perdía.

Puso a Ángel al lado de Didier para recuperar el balón. Para tenerlo, lo primero es recuperarlo. En ambas cosas, Junior mejoró y ya, con la tenencia del balón y neutralizando los pelotazos de costado, pudo desarrollar su juego.

A los dos minutos Ángel se mandó un golazo de cabeza con centro de Guerrero. Y a los 27, dos minutos después de haber ingresado por Enamorado, Paiva puso el empate, de golpe de cabeza también, con pase gol de Deiber desde el tiro de esquina. Un 3×3 meritorio y un “casi” que se hubiera podido ganar el partido.

Al final, una igualdad con sabor a triunfo. Farías acertado en los cambios. Jugadores que ingresaron y mejoraron el accionar del juego y evitaron que el Junior perdiera.

Es que la responsabilidad en los cambios es de dos vías. Del técnico que propone y de los jugadores que disponen.

Las ganas, la táctica y el deseo, han hecho que el empate ante Pasto tenga ese sabor dulce de la victoria…

Barranquilla
Abril 12, 2025 

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