Se viene otra Liga para el Junior de Barranquilla y, detrás del equipo barranquillero, la ilusión de la gente que sigue reviviendo el sueño siempre presente de ganar otra estrella. Que para el Juniorismo no es ganar campeonatos, sino estrellas que se llevan en el escudo y que representan cada gesta, cada capítulo de una historia que va camino de cumplir 100 años.
Y otra vez me pregunto si el Junior, más que un equipo, es una razón y una forma de identificarse y ser aceptado a través de un escudo y una camiseta.
De si Junior es una razón para sentirse vivo, para sentir que algo importa, para aprender que la vida es una tómbola, un carrusel, una batahola en donde hay risas y llantos y donde nada es absoluto.
De si Junior es solo esa razón para tener algo como propio, que no sea la finalidad sino el viaje de vivir, de estar, de sentir, de participar, de interactuar.
Todo ello porque estoy convencido que Junior más que el equipo en sí, es la vía para tener, para pertenecer, para reconocer que hay seres humanos que se integran a través de un escudo, de una camiseta, de un logro, de un partido, de una cita domingo a domingo, que cantan en coro el gol a favor, que lloran las mismas lágrimas con las caídas, que sienten la misma alegría, que sienten el mismo dolor, que es el mismo abrazo, que es la risa colectiva perpetuada en un gol que une y reúne los mundos de cada quien con sus triunfos y frustraciones.
Junior, más que el equipo, es la razón para tener, para pertenecer, para sentirse integrado en esa sociedad de los hinchas del fútbol donde se vive la misma vida suya o mía, con todo lo que contiene a favor y en contra, pero que se deja a la entrada del estadio, que es como el polo a tierra de todos y que se convierte en el bálsamo para los males y preocupaciones.
Para los hinchas rojiblancos, Junior es la razón para sentirse triunfador con el grito desbocado de gol a todo pulmón en la tribuna, de sentir que el abrazo de todos es una conjunción de felicidad, que se siente y que se oye en todas las tonalidades, con ojos llorosos de felicidad y no de dolor.
Esta semana comenzará la Liga y otra ilusión rondará al corazón del Juniorismo con razones reales por la conformación del equipo.
Será el mismo pretexto para volver al estadio, para reencontrarse con ese amigo de al lado, para lucir la camiseta rojiblanca y para sentir que la vida vale la pena vivirla en esos noventa minutos…
Barranquilla
Enero 24, 2023