El panorama del Junior de Barranquilla ha cambiado. Se puede ver en los últimos seis partidos, con balance de tres victorias y tres empates, que lo sacó del fondo de la tabla para estar, ahora, en la mitad y con todas las posibilidades de clasificar.
Lo que vive Junior hoy certifica lo que hemos venido sosteniendo. Los técnicos de fútbol son responsables por su trabajo pero su triunfo o fracaso está directamente ligado al nivel y rendimiento de los jugadores.
En el caso de Junior, el nivel de comienzo de Liga era tan pobre que llegó a ser 20º en la tabla. Ahora 10º y con posibilidades de clasificar al Grupo de los 8.
La solución ha sido el nivel de rendimiento de los jugadores.
Los que estuvieron con Arturo Reyes, y tocaron fondo, son los mismos que ahora, con Bolillo Gómez, han reflotado al equipo. La razón es clara.
El cambio de rendimiento y nivel de Didier, Cariaco e Hinestroza, por ponerlos de ejemplo, era opuesto al que exhiben ahora. Todavía hay otros que no arrancaron, que aún no tienen nivel de competencia, pero obedece más a un tema actitud, que a un tema físico. Es más de desarrollar su talento bloqueado, vaya a saber uno por qué.
Hablo de Bacca, o de León, y otros. A veces es porque no se centran en lo fundamental. Bacca, por ejemplo, debiera estar más preocupado por anotar goles, que si Bolillo lo nombra capitán o no. Es curioso que, mientras todos estamos centrados en que anote los goles que se necesitan, él esté “reuniéndose” con el Profe para preguntarle porque no lo puso de capitán.
En el caso de Viera hay que guardar el respeto que merece el mejor arquero, el capitán más ganador, el jugador que más años ha estado en el club, de rendimiento excelso, de tapar remates y penales para solucionar, ganar y obtener campeonatos.
Antes de lanzar algún concepto sobre Viera hay que revisar la historia que algunos olvidan.
Y ahí va el Junior, vamos a ver hasta dónde llega…
Barranquilla
Abril 18, 2023