Pelotas y Letras | Por Hugo Illera | Un tal Didier Moreno

A propósito de un meme que rueda en las redes, lo de Didier Moreno en Junior de Barranquilla es superlativo. No hay en el fútbol colombiano un jugador que se prodigue en la cancha de la manera como lo hace él. Nos hace recordar a Carlos Ischia del que decíamos que tenía tres pulmones. Solo que Didier parece que tuviera cuatro.

Alguna vez, alguien del fútbol se burlaba de los agentes  argentinos aquellos que traían jugadores y, cuando los entrevistábamos, y les preguntábamos sobre la condición del jugador, decían que era bueno para recuperar, correr, driblar, levantar el centro e irlo a cabecear, que era goleador y pase gol. Y agregaban que pateaba con ambas piernas. De esto último se inventó un chiste. Se le dijo al agente carretillero que si el jugador que pateaba con ambas piernas no se caía de culo.

Pues bien, aunque resulte inverosímil, ese jugador exuberante, que quita, corre, mete, saca al equipo del fondo, empuja, construye, tiene pase gol, anota goles, de remate o de cabeza, que casi levanta el balón y corre a cabecearlo, se llama Didier Moreno y es jugador del Junior.

Es un volante de primera línea que se ha ido convirtiendo en un volante mixto con una fórmula sencilla que parece una verdad de Perogrullo: cuando retrocede defiende, cuando se adelanta ataca. Tiene cambio de chip automático para cumplir el roll que le toca por situaciones de juego.

Didier tuvo la resiliencia para capear los malos momentos y convertirse en la gran figura del equipo Tiburón hoy día.

La capacidad física es 100% con recarga extra, es el principal recuperador, es la plomada del equilibrio del equipo, es el stopper de los dos zagueros centrales y el stopper de la primera línea de volantes para recuperar, crea juego sin tener la habilidad de un volante creativo, es pase gol en ocasiones y anota goles regularmente. En este momento ya ha anotado cinco, dos de ellos de cabeza, dos de remate y uno de media distancia.

No sabemos cuántos kilos rebaja o cuantas calorías pierde en cada partido, pero deben ser bastantes. Cuando debe salir (pocas veces) es muy extraño. La hinchada protesta. Es que Didier es el Ángel de la Guarda de todos sus compañeros y la seguridad del aficionado en la tribuna. Nunca lo sacan por jugar mal, cuando excepcionalmente pasa es porque está extenuado.

Hace ratos le debía esta columna a Didier Moreno. Un jugador que no tiene límites físicos, ni de ganas. Su voluntad está por encima de lo normal. Y su peso específico es vital en el desarrollo del juego del Junior.

Cuando jugaba en el Medellín, muchas veces lo pedí para Junior en los programas del Canal WIN Sports. Y creo que alguna vez se lo dije en una entrevista al aire.

En la historia del cuadro barranquillero se han repetido palabras como “quisiera tener 10 Ischia en mi equipo” o “quisiera tener 10 Grau por su capacidad para sostener el sistema defensivo”.

Ha llegado la hora de decir que quisiéramos tener 10 Didier Moreno, por esa voluntad que pone sin tener el menor atisbo de divo. Es un jornalero que brilla, lejos de las tentaciones de creerse artista del show business. Es un auténtico todo terreno 4×4. En barranquillero se traduce como un jugador pa’las que sean.

Y como dicen los muchachos: no traten de explicarlo, no lo van a entender, más bien disfruten a Didier Moreno, el gran jugador del Junior de Barranquilla hoy…

Barranquilla
Diciembre 5, 2024

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