Columnista Invitado

El Opinómetro del Avestruz | Por Óscar Tobón | Rentería, inmortal

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Por Óscar Tobón
Nada más merecida que la exaltación que los Cardenales de San Luis, novena perteneciente al béisbol de las grandes ligas, le harán a un hijo ilustre de Barranquilla como lo es Edgar Rentería al incluirlo en su salón de la fama.

Esto ratifica una vez más la gran carrera que construyó Rentería en la gran carpa, sobre todo en los pájaros rojos, donde aunque no logró ganar la serie mundial. Consiguió unos excelentes números y marcas individuales. Por ejemplo, en 1999 pudo conectar más de 10 cuadrangulares en una misma temporada,  también haciendo parte del equipo del estado Missouri asistió a tres juegos de estrellas 2000, 2003 y 2004.

Además es el  único pelotero de dicha franquicia en ser distinguido con el bate de plata y el guante de oro, en una misma campaña de forma consecutiva 2003 y 2004,  también en el 2004 disputó la serie mundial donde cae derrotado con los Cardenales ante los Medias Rojas de Boston. 

Creo que este reconocimiento no solo debe ser observado desde el punto de vista deportivo, sino también debe ser tomado como el premio a un ser humano que gracias a su disciplina, esfuerzo, sacrificio y trabajo pudo brillar en el mejor béisbol del planeta.

Y de paso demostrándole a las nuevas generaciones que, aplicando esa antigua pero eficaz formula de vida es posible alcanzar los sueños.

De otro lado Rentería con esta exaltación no hace más que reafirmarse en el olimpo deportivo barranquillero, logrando consolidar aún más la inmortalidad deportiva entre nosotros sus coterráneos.

Inmortalidad que debe afianzarse aún más muy seguramente cuando Rentería Erazo aquel niño que jugaba pelota en las calles barranquilleras, y luego ya de adulto con sus batazos alcanzó la gloria definiendo dos series mundiales, escriba su nombre con letras doradas en el salón de la fama de las ligas mayores en Cooperstown Nueva York.

© Oscar Tobón