Columnista Invitado

Hace 64 años

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Por Óscar Tobón
Hace 64 años llegó a este mundo un niño que con el correr del tiempo y tal vez sin proponérselo hizo vibrar a todo un país con un balón en sus pies, y esa cabellera de rizos dorados como el sol del caribe que lo vio nacer y que le dio y le da ese toque de originalidad dentro y fuera de una cancha fútbol, lugar este último donde Carlos se convertía en “El Pibe” siempre con el número diez en su espalda como señal de su talento y liderazgo, que tanto lo distinguió dentro de los campos de juego alrededor del planeta, campos donde “El Mono” como también le dicen a este hombre de pocas palabras al hablar, pero que cuando acariciaba a su inseparable amigo el balón expresaba muchas cosas, entre ellas quisiera destacar dos alegría e inteligencia, como aquella tarde veraniega en el majestuoso estadio Giuseppe Meazza de Milán,  donde gracias a su genialidad se dibujó aquel  magistral pase que significo el tan recordado y celebrado gol de Freddy Rincón, que tanta alegría le  dio a un país que en esos años vio en ese equipo que Valderrama lideraba un bálsamo para sortear esa época aciaga que vivió nuestro país.

Por eso aunque el diez samario ya no nos deslumbra con su juego   en los estadios de Colombia y el mundo, estoy completamente convencido que todos aquellos que le vimos desplegar su maravilloso fútbol, no solo celebramos su cumpleaños sino le damos las gracias por aún ser un icono no solo de nuestro deporte sino de un país en general.