OLÉ.com.ar
Cuando en pleno horario de la siesta barranquillera la Selección salga a la cancha para jugar contra Colombia no sólo se enfrentará al reto de sostenerse como un equipo confiable sin Ángel Di María y con Lionel Messi ausente. Tampoco tendrá que asimilar únicamente una sensación térmica inaguantable que pisaría los 40°.
Habrá otro rival invisible en esta nueva fecha de Eliminatorias: la obsesión de 52 millones de personas/fanas. La que se verá representada, por caso, por los 46.692 espectadores con ticket reservado, pero que se palpita de manera homogénea en cada departamento, región, barrio o vereda.
Aunque (tan) al Sur de la línea del Ecuador sea difícil dimensionarlo, Argentina se ha transformado en un clásico para Colombia. O, por lo pronto, se presenta entre los hinchas una especie de fijación que de algún modo se profundizó en la era Scaloni.
Porque ya sabe tan añejado aquel lapidario 5-0 del 93 en el Monumental -que forzó a la selección de Alfio Basile a jugar el recechaje para ir a USA 94- como agrio el recuerdo de los recientes enfrentamientos ante la Selección. Con las aún indigeribles derrotas por Copa América en 2021 (semis) y 2023 (final) como exponentes de esta rivalidad creciente. Y con Dibu Martínez como villano favorito de toda una afición.
En Colombia sienten que es el momento idóneo para interrumpir la racha de casi 17 años sin ganarle a Argentina en casa por Eliminatorias -la última victoria fue 2-1, en noviembre de 2007- o de siete cruces por ronda clasificatoria sin triunfos (la Albiceleste ganó cinco).
Incluso conscientes de que la baja de Messi está lejos de ser un atenuante para el rendimiento de la Scaloneta -lo comprobaron en la final de la Copa América en el Hard Rock de Miami- los cafeteros igualmente confían en que esta edición puede ser la vencida. Con justificación: la reconexión entre el hincha y el seleccionado de Néstor Lorenzo se profundizó en Estados Unidos 2024, pero comenzó a gestarse con la victoria frente a Brasil. El primer gran golpe en las Eliminatorias que ahora busca remake.
Repetir conceptualmente un resultado del calibre de aquel 2-1 de noviembre de 2023 ante el Scratch es lo que Colombia cree necesario para dar otro salto de calidad rumbo al Mundial.
Dentro de ese contexto es que la Selección encarará su examen en un horario “incómodo” (¡las 15.30 locales!) que fue propuesto por la federación anfitriona aunque generó disyuntivas fronteras adentro: ninguno de los citados por Néstor Lorenzo viene teniendo rodaje en el calor sofocante en una Barranquilla. Una ciudad que actualmente transita el pico de su temporada de lluvias.
Pero Scaloni sabe que el índice de humedad o la alta temperatura desgastará a los dos equipos de manera pareja. Aun así evaluará bien las circunstancias para moldear a la Selección en consecuencia. Analizando si resulta prudente desgastar desde el inicio a un Alexis Mac Allister que salió frente a Chile por una sobrecarga, o si sostiene los tres centrales o recalibra la última línea, o si readjudica marcas ante un rival con enorme poderío a balón parado.
Detalles que harán a lo colectivo de una Argentina que intentará refrendar de visitante lo que consiguió ante Chile: ser un equipo incluso sin su capitán Leo. Y con el orgullo que pretende continúe siendo caparazón de keblar. Y que nadie pueda perforarlo con un triunfo inesperado: es tan real que todos le quieren ganar a la Selección como que el grupo no tiene en sus planes concederles el deseo a sus adversarios. Mucho menos a los de este calibre.
Está claro que para la Scaloneta también será especial el desafío. Porque podría tachar de su mapa el sexto país en el que consiguió victorias por Eliminatorias (ya lo logró en Brasil, Bolivia, Perú, Uruguay, Venezuela y Chile). Porque se medirá ante un adversario al que este cuerpo técnico ya cruzó seis veces -uno de los que más se enfrentó junto con Brasil y Chile, sólo superado por Ecuador (7) .
Porque tendrá, este plantel en constante autoexigencia, la oportunidad de mostrarse fuerte ante una nueva adversidad. Representada por el calorón no apto para los team invierno, por las casi 47 mil personas en contra. Y por la obsesión a la que tendrá que derrotar.