El delantero Endrick, la joya del Palmeiras, continuará en el Real Madrid su prometedora carrera una vez cumpla la mayoría de edad. El laureado lateral Marcelo, por su parte, regresa en el epílogo de la suya al Fluminense, el club brasileño que lo formó.
Ambos fichajes se cerraron con una diferencia de poco más de dos meses y revelan una paradoja del balompié de Brasil, el país con más jugadores transferidos (2.061 en 2022, según la FIFA): sus futbolistas más talentosos se marchan muy pronto a Europa y retornan, de hacerlo, demasiado tarde.
El apetito voraz de los equipos del Viejo continente por las jóvenes promesas brasileñas es de larga data -y también por otros mercados sudamericanos-, pero se intensificó con la multimillonaria transferencia de Neymar al FC Barcelona en 2013, explica a la AFP el agente de jugadores Guilherme Momensohn.
Para la época, el ’10’ del Santos, la escuadra inmortalizada por Pelé, tenía 21 años y el negocio se cerró en al menos 83 millones de euros.
“Los clubes europeos quieren garantizarse las futuras estrellas del fútbol y, además de eso, al llevarse a los jugadores, pueden terminar el proceso de formación y adaptarlos al ritmo de juego de Europa. Incluso pueden usarlos en sus equipos B”, afirma Momensohn.
– Juventud e incertidumbre –
Los merengues acordaron en diciembre pagar 72 millones de euros por Endrick, según la prensa local. El atacante, de 16 años y una de las perlas que más ilusión ha despertado en los últimos tiempos en la tierra del ‘jogo bonito’, seguirá en Palmeiras hasta 2024 cuando cumpla 18 y pueda sumarse al Madrid.
“Por la edad y madurez que tiene, es fuera de serie. Por eso el Madrid pagó lo que pagó”, dijo en enero el técnico del Verdão, el portugués Abel Ferreira.
El delantero no fue el único en negociar su pase en el mercado de invierno europeo. Como en cada temporada, algunos de los transferidos apenas tienen rodaje en primera división.
Chelsea, por ejemplo, pagó 10 millones de euros al Vasco da Gama por el volante Andrey (18 años), capitán del Brasil vigente campeón del Sudamericano sub-20 y que solo ha disputado la Serie B.
Los clubes pocas veces dudan en vender a sus talentos, pese a posibles afectaciones deportivas y en la formación del atleta.
Los negocian pronto “debido a la oportunidad de recaudar una gran cuantía de dinero con jugadores que a pesar de ser talentosos, son muy jóvenes y por eso aún hay cierto grado de incertidumbre” sobre su potencial, señala Momensohn.
– Seducir a las viejas glorias –
Cantera mundial, Sudamérica ha vendido durante décadas a sus jóvenes promesas a Europa o a mercados trampolín dentro de sus fronteras, como el argentino y brasileño.
A diferencia de sus rivales regionales, Brasil ha conseguido repatriar a numerosos jugadores experimentados en los últimos años, la mayoría como agentes libres, por lo que los elencos apenas pagan el salario -menores que en el exterior- o una bonificación por contratarlos.
Sin mercado en ligas más competitivas, seducidos por proyectos ganadores o ansiosos de retirarse en los clubes de sus primeros amores, los veteranos acceden a regresar a onces que apuestan por explotar sus últimos años y beneficiarse de sus marcas.
A poco más de un mes del inicio del Brasileirao, hay nueve mundialistas con la Seleção que volvieron en distintos momentos tras destacarse afuera: David Luiz, Filipe Luís, Hulk, Paulinho, Renato Augusto, Fagner, Fernandinho, Felipe Melo y Marcelo.
Algunos de ellos han aportado para forjar el dominio en la Copa Libertadores, cuyas cuatro recientes ediciones fueron conquistadas por elencos brasileños, o protagonizado gestas históricas, como Hulk liderando el primer título liguero del Atlético Mineiro en medio siglo.
Otros decepcionaron, como los zagueros Miranda y Dani Alves, que jugó en el Sao Paulo antes de volver a ser fichado por el Barça.
Ahora, Marcelo, considerado uno de los mejores laterales izquierdos de los últimos tiempos, regresa a su natal Rio de Janeiro a los 34 años, tres lustros después de haber partido a España y tras un flojo pasaje por Olympiacos (GRE).
“La ganancia técnica que vamos a obtener es muy buena. Es uno de los mejores jugadores del fútbol mundial. Y también la ganancia por la importancia del jugador, la marca”, dijo el lunes el presidente del Fluminense, Mário Bittencourt.
Marcelo luchará por la Libertadores y el Brasileirao, títulos ausentes en su abultado palmarés, con un Flu que viene en alza.
“Ningún monto alcanza para volver a sentir ese calor de la hinchada, de cada juego, el entrenamiento, la presión. A todos nos gusta el dinero, pero aquí es diferente”, aseguró el zaguero.
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