La jueza Alejandra Gil, del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, ha interrogado como testigos al presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, y a los exentrenadores Ernesto Valverde y Luis Enrique Martínez. Estas declaraciones, solicitadas por la Fiscalía Anticorrupción, buscan aclarar el motivo de los pagos millonarios (más de 7,3 millones de euros entre 2001 y 2018) realizados por el club a José María Enríquez Negreira, exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), y a su hijo Javier Enríquez, por supuestos “informes arbitrales” y servicios de scouting.
Joan Laporta: Insistió en que los pagos eran por servicios reales y útiles, heredados de la presidencia de Joan Gaspart (quien declarará el 6 de febrero de 2026).
Afirmó que el club entregó 629 informes al juzgado, pero que la documentación se destruye cada 5-6 años, por lo que no hay más.
Negó cualquier influencia en decisiones arbitrales: “No le conozco ni a él ni a nadie de su entorno” y “El Barça es un ejemplo en el mundo”.
Explicó que el área deportiva le recomendó continuar los pagos porque “merecían la pena” para analizar árbitros y talentos.
Ante preguntas del Real Madrid (acusación particular), rechazó que el incremento de pagos (hasta un 800%) o el rol del hijo de Negreira (cuyos informes no aparecen) fueran irregulares.
Ernesto Valverde y Luis Enrique: Ambos negaron haber recibido o conocido los informes: “No los he visto, no sé si existen y me daban igual” (Valverde); “Nunca nos ofrecieron informes arbitrales” (Luis Enrique).
Enfatizaron que sus éxitos se debieron a jugadores como Messi, no a ventajas arbitrales.
Se centraron en los trabajos del hijo de Negreira, pero no en los pagos al padre, que siguen siendo el foco de la causa.
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