Una pelea en un partido de tercera división, otro choque interrumpido tras una decisión arbitral muy criticada… La reanudación de las competiciones de fútbol en Turquía el martes, una semana después del linchamiento a un árbitro, quedó empañada por nuevos incidentes violentos.
Jugadores del Bursaspor y del Diyarbakirspor, dos equipos de tercera división, protagonizaron una pelea.
Las imágenes corrieron por las redes sociales, mostrando a los jugadores del Bursaspor precipitándose sobre sus rivales tras su derrota 2-0 en casa.
Tuvieron que intervenir los agentes de seguridad para poner fin a los altercados en el campo y a los enfrentamientos entre aficionados en las gradas. El árbitro mostró cinco tarjetas rojas.
El mismo día un partido de primera división fue suspendido tras una decisión arbitral muy criticada. El presidente del Instanbulspor ordenó a su equipo abandonar el terreno después de que el colegiado no señalara una falta que finalizó en gol para el Trabzonspor.
El campeonato regresó el martes tras ser suspendido una semana por la agresión al árbitro del partido entre el Ankaragücü y el Rizespor, en Ankara el 12 de diciembre.
Según las imágenes ofrecidas en directo en la televisión, el dirigente del club de Ankara, Faruk Koca, se precipitó sobre el terreno de juego al término del partido para asestar un puñetazo en el rostro al árbitro Halil Umut Meler.
Desde el suelo, el árbitro trató de protegerse, pero recibió varias patadas, propinadas por al menos otros dos hombres, miembros del club local.
El Ankaragücü fue castigado con cinco partidos a puerta cerrada en su estadio y una multa del equivalente a 60.000 euros (65.900 dólares).
Faruk Koca fue suspendido de por vida de actividades relacionadas con su deporte.
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