Junior de Colombia y Universitario de Perú empataron 1-1 este martes en Barranquilla, en un partido de la segunda fecha de la Copa Libertadores que los deja como los mejores equipos del Grupo D.
Aldo Corzo, a los 22 minutos, adelantó de golpe de cabeza al elenco limeño, mientras que Déiber Caicedo, sobre los 44, se encargó del tanto del Tiburón con un remate de derecha en centro del área crema.
Con estos resultados, y a falta del compromiso entre Liga de Quito y Botafogo el miércoles en la capital ecuatoriana, Junior continúa al frente de la llave con 4 puntos, seguido por la U con las mismas unidades pero con menor saldo de goles, mientras que Liga y Botafogo no tienen puntos.
– Golpe y respuesta –
Los peruanos pegaron primero en el estadio Metropolitano de la ciudad caribeña. Aldo Corzo sacó provecho de un tiro que pegó previamente en el palo y empezó dando la sorpresa. En el primer encuentro, Universitario ya se había atrevido a vencer 2-1 al flamante campeón de la Copa Sudamericana, Liga de Quito.
Junior estaba con la moral arriba antes del encuentro, pues en el debut consiguió un resultado histórico al vencer 3-1 a un Botafogo en problemas en Brasil y sus jugadores estaban convencidos de lograr seis puntos en dos salidas para estar cómodos en el grupo.
Con el mazazo del tanto de Corzo, los hábiles delanteros del Junior empezaron a ser protagonistas. Las tres flechas del rojiblanco, Déiber Caicedo, Yimmi Chará y José Enamorado empezaron a aproximarse al arco contrario, con el objetivo de poner de cara a gol al veterano Carlos Bacca.
Poco antes de finalizar el primer tiempo, el exinternacional de pasado por el fútbol europeo quedó frente al arquero, lo amagó y a pesar de tener muy claro el disparo, habilitó a su compañero Caicedo.
El extremo disparó y el balón entró pidiendo permiso luego de pegar en un poste.
– VAR salvador –
En un segundo tiempo vertiginoso, el técnico local Arturo Reyes, famoso por no escatimar y arriesgar, echó totalmente hacia adelante el equipo.
Su rival, Fabián Bustos, enloquecía desde el banco pidiendo faltas y alentando a sus jugadores a jugar con el cuchillo entre los dientes. Sus discípulos escucharon y afrontaron el final incomodando a los del Junior y hablándoles para distraerlos.
En el 80, el videoarbitraje salvó al Tiburón, pues Álex Valera había anotado el 2-1 en una acción confusa en el área, pero el árbitro determinó que había tocado levemente el balón con un codo.
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