Por LIZETH TORRES CONSUEGRA
Luego del pitazo final de José Ortiz, dictaminando el final y triunfo del Junior de Barranquilla 3×1 sobre América de Cali, se vivió un momento conmovedor en el Estadio Roberto Meléndez. Howell Mena rompió en llanto luego de jugar todo el partido en medio del sufrimiento por la muerte de su madre, quien había recibido un sentido homenaje antes del partido.
Enseguida fue rodeado por sus compañeros quienes le pidieron a la afición que lo apoyaran en este duro momento. El juvenil defensor fue aplaudido y luego se trasladó a donde estaba su familia y se fundieron en un abrazo.
Mena habló en zona mixta de la semana más dolorosa de su vida: “Creo que desde el primer momento del fallecimiento de mi madre, sentí el respaldo de los directivos, cuerpo técnico, compañeros, familia y amigos. Eso fue una de las fortalezas que tuve para estar en la cancha, porque cuando salté a la misma fue un momento muy difícil. Solo pensaba en mi mamá, pero sentí el apoyo de la hinchada”
“Cuando pasó lo de mi madre, no me sentía anímicamente bien pero tomé la decisión por ella. Era una manera de devolverle lo que hizo por mí. Dios y ella me dieron fortaleza hoy para aportar en el triunfo del Junior”, siguió.
Por último resaltó que: “Esto era el sueño de mi mamá y mío. Se sentía orgullosa cuando jugaba. Mi mamá por eso luchó tanto y espero hacerlo de acá en adelante. En mi corazón siempre estará”.
EL APOYO DE SU FAMILIA
Geiner Mena, hermano mayor de Howell, fue uno de los que llegó a abrazarlo luego de finalizar el partido contra América. En la zona mixta, Geiner dio detalles de los durísimos momentos que vivió con su hermano esta semana: “El nos preguntó y nos dice qué nos gustaría. Le contestamos que el deseo de mi mamá era verlo triunfar, que se enfoque, estuvimos pendientes de él, que no trasnochara, que procurara descansar, que no pensara tanto y le dimos fortaleza para afrontar el partido. Lo arropamos, que pensara que mi mamá fuera alegre. Se dio cuenta del acompañamiento de la familia, del Junior y sus compañeros y gracias a Dios se dieron las cosas”.
Por último habló de su madre: “Mi mamá era Luz Aurora Posada Villa, luchó 13 años con el cáncer, nos inculcó ser guerreros y ese abrazo al final ella lo vio y sabemos que eso era lo que ella quería”.
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