Por LIZETH TORRES CONSUEGRA
Fue cuestión de un penal, amor propio y dos goles para que Junior de Barranquilla pasara de perder 2×1 con Deportivo Pereira a vencerlo 3×2, la noche del sábado, en el Estadio Roberto Meléndez por la 16ª fecha de la Liga Betplay 2025 – II.
La locura en el Metro comenzó a 90 minutos. Roberto Padilla, cuarto árbitro, levantó el tablero electrónico y marcó los 6 minutos de adición. Ramiro Jiménez, narrador de Emisora Atlántico atinó a decir: “6 minutos es una eternidad, pero toca acercarse”.
Parece que el que escuchó el consejo de Ramiro Jiménez fue Didier Moreno. Mientras el DT Alfredo Arias miraba atento las acciones, el volante mandó un balón en profundidad para José Enamorado. Este iba de cara al arco cuando Santiago Aguilar, defensor del Deportivo Pereira, prácticamente lo arrolló y Wilmar Roldán no dudó en pitar la pena máxima.
Mientras los jugadores del Pereira discutían, el VAR ratificaba la decisión de Roldán. En los lados del Junior, las emociones se dividieron en dos. La primera fue de preocupación por el estado de salud de Enamorado. El volante era atendido por el departamento médico. Arias preguntaba si podía continuar o no. Junior jugaba con 10 hombres por la expulsión de Daniel Rivera y ahora perdía otro por lesión ya que se habían hecho todos los cambios. En otro lado, Héctor Fabio Báez (Gerente Deportivo del Junior) pedía al cuarto árbitro un cambio más por el protocolo de conmoción cerebral, el cual finalmente no sucedió.
Volviendo al terreno de juego, la pregunta pasaba por quién pateaba el penal. Bryan Castrillón tenía el balón y todos pensaban que iba a ser nuevamente el designado, pero finalmente fue el “Titi” Rodríguez. Habían pasado 4 minutos desde que Roldán sancionó la pena máxima.
A los 90 + 5 todo estaba listo para el cobro de pena máxima. Los 10 jugadores del Deportivo Pereira y 3 del Junior (estaban listos detrás del área. “Titi” perfilado para cobrar mientras que por el Junior se encontraban José Cuenú, Edwin Herrera y Bryan Castrillón. Más atrás estaba Didier Moreno con su rodilla derecha al piso y empuñando su mano derecha, pidiéndole al altísimo por el milagro del gol. Y Dios escuchó las suplicas del volante, “Titi” engañó a Salvador Ichazo, cobró a la derecha y el arquero matecaña se fue del otro lado para el 2×2. Fue un festejo tímido, Rodríguez tomó el balón, lanzó besos a la cámara mientras el DT Arias se limitó a apretar su puño derecho. En la tribuna era fiesta y las cámaras de WIN enfocaron a un aficionado, con un suspiro de alivio echándose la bendición.
Dos minutos más tarde se desató la locura. Carlos Esparragoza aprovechó un mal rebote de Santiago Aguilar. Dejó caer el bote y le mandó el balón a Steven “Titi” Rodríguez que, sin dejarla caer, la impactó de pierna derecha y, a pesar del gesto acrobático, Salvador Ichazo no pudo hacer nada.
3×2, locura, pandemonio… Titi corrió hacia la tribuna sur. Arias lo mismo con la tribuna de occidental mientras era contenido por uno de sus asistentes. Otro Bryan Castrillón y Edwin Herrera acompañaban al “Titi”, mientras que otro grupo felicitaba a Esparragoza por el pase gol. Y José Enamorado seguía siendo atendido por la Cruz Roja y el Dr. Carlos Rolong que no se inmutó ante el tanto del Junior.
En el banco del Deportivo Pereira todo era desconcierto. El DT Rafael Dudamel quedó shockeado. Pasó de ganar 2×1 a perder 3×2.
Con el pitazo final de Wilmar Roldán, quedó atrás los análisis, el mal partido, los errores y todo lo demás. Se prendió la fiesta en el Metro y la clasificación a los Cuadrangulares Semifinales quedó sellada.
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