El portugués Pedro Pichardo consiguió este sábado su primer oro mundial de triple salto en una final que confirmó que Cuba, el país donde nació, se irá en blanco de Eugene por primera vez en un Campeonato del Mundo.
La última esperanza de medalla del antaño potente equipo isleño era Lázaro Martínez, quien concluyó en último lugar de la final de triple salto.
El oro fue para Pedro Pichardo, un atleta nacido en Santiago de Cuba pero que compite desde 2019 con Portugal.
Campeón olímpico en los Juegos de Tokio-2020, Pichardo sentenció rápido la final en el Hayward Field de Eugene (Oregón) con un primer salto de 17,95 metros, el mejor de la temporada.
La plata fue para Hugues Fabrice Zango (Burkina Faso) y el bronce para Yaming Zhu (China).
Estos tres medallistas coparon también el podio de Tokio-2020, con Zhu quedándose en esa ocasión con la plata y Zango el bronce.
Pichardo, de 29 años, encauzó su primer oro mundial con el primer salto de 17,95 metros, la mejor marca de la temporada.
Tras observar el resultado, Pichardo dirigió un gesto a la grada del Hayward Field confirmándoles que la competencia estaba liquidada.
El portugués todavía sumó otro salto de 17,92 en su segundo intento, muy superior a las mejores marcas de Zango (17,55) y Zhu (17,31).
“Fue una buena competición. Abrí con fuerza”, se felicitó después Pichardo. “Desde que viajé, mi mentalidad estaba centrada en los 18 metros. Hoy no me ha salido, pero lo más importante es que he ganado el oro”.
Pichardo, nacionalizado portugués en 2017 y autorizado a competir en grandes eventos por el país europeo dos años más tarde, consiguió cuando competía con Cuba dos medallas de plata mundiales, en Moscú-2013 y Pekín-2015.
“Este título mundial me era esquivo. Tenía dos medallas de plata pero quería ganar el oro y lo he conseguido hoy”, destacó.
“Este título significa mucho. Estoy ganando progresivamente todos los títulos posibles, desde el oro olímpico hasta el título mundial, pero hay más cosas por delante. Solo tengo que mantenerme sano y trabajar duro”, subrayó.
– Primer Mundial en blanco –
Después de que sus otras figuras se quedaran fuera del podio, Cuba guardaba una última bala en la final de triple salto con Lázaro Martínez.
El triplista se había proclamado campeón del pasado Mundial de pista cubierta de Belgrado en marzo, superando al propio Pichardo.
Pero Martínez, visiblemente nervioso, encalló este sábado con tres intentos inválidos que le condenaron a la eliminación, finalizando en el decimosegundo y último lugar.
En días anteriores, Yaimé Pérez, campeona de lanzamiento de disco en el último Mundial de Doha-2019, acabó en un decepcionante séptimo lugar de la final de Eugene.
Solo un año atrás, Pérez se había colgado la medalla de bronce de los Juegos Olímpicos de Tokio con una marca 65,72 metros.
Otra de las grandes bazas cubanas, Maykel Massó, acarició el bronce del salto largo pero un prodigioso último intento del chino Jianan Wang le catapultó al oro y bajó al isleño a la cuarta posición.
Antes incluso de que empezara el Mundial, Cuba tuvo que lidiar con la deserción de la lanzadora de jabalina Yiselena Ballar Rojas, quien abandonó la expedición durante una escala del viaje.
Entre sus 14 atletas en Eugene tampoco estuvo su joya de triple salto Juan Miguel Echevarría, plata en Tokio y bronce en Doha, que quedó fuera del equipo nacional en junio.
Cuba había estado a la cabeza de América Latina en el medallero de Doha-2019, con un oro, una plata y un bronce, pero en Eugene se ha visto superado por ahora por Perú (2 oros), República Dominicana (1 oro y 1 plata), Brasil (1 oro) y Venezuela (1 oro).
© Agence France-Presse
Eugene