AFP | Londres
La policía británica anunció este jueves haber abierto una investigación sobre las revelaciones del atleta Mo Farah, según las cuales fue víctima de tráfico de niños para entrar en Gran Bretaña, cuando tenía menos de diez años.
El cuadruple campeón olímpico en los Juegos de 2012 y de 2016, de 39 años, de origen somalí, había declarado en un documental difundido por la BBC esta semana que su verdadero nombre es Hussein Abdi Kahin.
Precisó que había sido obligado a trabajar como empleado doméstico tras haber entrado en Gran Bretaña ilegalmente a la edad de ocho o nueve años.
“Estamos al corriente de las informaciones en la prensa sobre Sir Mo Farah”, declaró en un comunicado el departamento de la policía de Londres (MPS). Farah fue ennoblecido por la Reina en 2017.
“Ninguna señal ha sido transmitida al MPS por el momento. Agentes especializados han abierto una investigación y examinan todas las informaciones disponibles”, añade la misma fuente.
Farah recibió la ayuda de su profesor de educación física en la escuela, Alan Watkinson, para obtener la nacionalidad británica, utilizando el nombre que le había dado la mujer que había organizado su llegada al país.
El gobierno británico había dado el miércoles garantías al atleta de que no sería desposeído de su nacionalidad británica, siendo calificado por su portavoz como “héroe deportivo”.
En lugar de llegar a Gran Bretaña con un estatus de refugiado con su madre y dos de sus hermanos, para unirse a su padre, que ya trabajaba allí, como había afirmado antes, Farah indicó que había llegado desde Yibuti con una mujer a la que no había visto nunca antes y presentándose como otro hijo de la familia de ésta.
Según las revelaciones hechas a la BBC, su padre había sido en realidad asesinado durante la guerra civil en Somalia, cuando él tenía cuatro años, mientras que su madre y dos de sus hermanos viven en la región separatista de Somalilandia, no reconocida por la comunidad internacional.
Farah fue incitado a contar su verdadera historia por su esposa y sus hijos.
“No quiero en realidad hablar de ello, porque me había dicho a mí mismo que no hablaría nunca de ello, que quedaría enterrado en el fondo de mí mismo”, declaró Farah en el documental.