Baloncesto

En el Elías Chegwin, Titanes 80 x Búcaros 75

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El Heraldo/Barranquilla
Cuando la jornada laboral de los barranquilleros llegaba a su ocaso, Titanes volvía a la acción en el maderamen del coliseo Elías Chegwin. Los curramberos sacaron su casta y, con un marcador de 80-75, se impusieron ante unos Búcaros de Bucaramanga que asustaron a los más veces campeones.

Los pronósticos se cumplieron, pero por muy poco. Fue un completo festín basquetero el que disfrutaron los asistentes al recinto de la calle 72. Titanes mostró jerarquía en los momentos importantes, más fueron irrespetadas sus vestiduras de soberanos nacionales. No la tuvieron fácil.

Fue un triple del panameño Josimar Ayarza a la altura de los últimos instantes, con el juego empatado a 69, lo que terminó decantando el partido. Se auto regaló la victoria en el día de su cumpleaños el habilidoso alero, quien terminó el enfrenamiento con 14 puntos y 3 rebotes. Su primera tarea de reemplazar a Federico Aguerre la cumplió con cabalidad.

En un cotejo de altos y bajos, la marea bumanguesa supo irse por delante en el marcador desde muy temprano. Titanes se mostró sorprendido por el baloncesto lirico de los dirigidos por el antioqueño Raúl Pabón. Las tablas llegaron a registrar un 15-7 para los de Bucaramanga.

El brasileño Andre Coimbra (21 puntos y 5 rebotes) y el colombo-venezolano Jackson Zapata (6 puntos y 5 rebotes) incomodaron la pintura titánica. Eran insostenibles. Su carácter se impuso al de un Soren de Luque (25 puntos y 6 rebotes) que por muchos pasajes del juego se mostró perdido. No tuvo una noche fácil.

Titanes dejaba una gran brecha en su rendimiento debido a los dañinos rebotes ofensivos que permitía (Búcaros capturó 18). Su cerco era constantemente vulnerado y aprovechado por los visitantes. Algo que claramente restaba a la buena mano ofensiva de los barranquilleros. La paridad fue notoria al final del primer cuarto (19-19), no había un claro dominador. Era una guerra de dioses que intercambian golpes constantemente.

Para la segunda mitad, los muchachos de la casa volvieron a tocar la puerta del entrenador Tomás Díaz y salieron al rescate. Alejandro Torrenegra nuevamente se ganó varios minutos importantes (fue el suplente que más estuvo en cancha), sobre todo en rachas calientes del juego. Sin embargo, los aplausos tendrán que reconocer a Diego Altamiranda (7 puntos y 3 rebotes).

El poste -con mucha más tranquilidad que su primera salida- devolvió la lucha competitiva a los suyos y, dejando todo de sí en cada una de las jugadas, le brindó soluciones a la rotación local. Dio una mano en defensa y supo cómo moverse sin balón en los ataques. Recordando que no falló ningún tiro de campo ni triple (100% de efectividad). Paso perfecto para entrar en el mapa de su entrenador.

Alejandro Montes y Octavio Muñoz tomaron la batuta para agregarle algo de suspenso al compromiso y silenciar a los fanáticos barranquilleros. Sin embargo, su tanque se agotó en el clímax de la contienda. Los errores individuales llegaron para Búcaros y Titanes no tuvo problema con hacer pagar cada una de las equivocaciones para quedarse con el juego.

Caras largas para el cuerpo técnico de la visita que supo tener la victoria dentro de sus bolsillos y alegría absoluta en las graderías que se fueron felices con el espectáculo. “En cinco años que llevo viniendo, este ha sido uno de los mejores partidos que he visto”, alcanzó a decir uno de los aficionados.

Rueda de prensa post partido

Lo bueno se repite y por ello Titanes se tendrá que volver a ver la cara con Búcaros, este jueves, desde las 8:30 pm, en el coliseo Elías Chegwin.

© El Heraldo
© Foto Carlos Capella