AFP | Morzine
El Tour reanuda su curso el martes en la 10ª etapa, que presenta un recorrido de 148,1 kilómetros en los Alpes pero sin pasar por ningún puerto destacado, entre Morzine y Megève.
La principal dificultad del día será la subida final (19,2 kilómetros al 4,1%), clasificada como de 2ª categoría, antes del llegar al altipuerto de Megève, con el reparto de puntos para la clasificación de la montaña en la cima a 2.200 metros de meta.
“Optamos por una reanudación suave un día después del día de descanso”, explica el director de carrera Thierry Gouvenou. “Entre las montañas, evitando las grandes dificultades. Eso da un trazado completamente atípico en un paisaje grandioso”.
En un día que discurrirá íntegramente en el departamento de Alta Saboya, la ruta hace una especie de bucle para alcanzar el lago Leman en Thonon-les-Bains y tomar camino hacia Megève.
Megève (3.100 habitantes), ciudad-etapa por tercera ocasión, albergó una contrarreloj ganada por Chris Froome en 2016.
En el Dauphiné 2020, la meta se hallaba en el altipuerto y la victoria fue para el alemán Lennard Kämna.
La salida lanzada desde Morzine tendrá lugar a las 13h40 GMT, y la llegada a Megève hacia las 15h08 GMT (horario calculado a 43 km/h de media).