AFP | Longwy
Primera llegada en alto, la Planche des Belles Filles pondrá fin el viernes a la 7ª etapa del Tour de Francia, que regresa a la estación de los Vosgos, a menudo presente en la ‘Grande Boucle’ desde 2012.
Dos años después de la contrarreloj en la que brilló Tadej Pogacar, el Tour retoma el formato tradicional de carrera en línea.
Este año, la llegada en el alto, al término de una rampa con pendientes de hasta el 24%, con revestimiento mitad asfalto mitad tierra, sucede a la edición de 2019, cuando el belga Dylan Teuns superó al italiano Giulio Ciccone.
La etapa, de 176,3 kilómetros desde la salida en Tomblaine, propone dos puertos de tercera categoría (col de Grosse Pierre, col des Croix), ambos distanciados de meta. La carrera concluirá con una subida de 7 kilómetros, al 8,7% de pendiente media, no lejos de la casa de Thibaut Pinot.
El Tour acude por sexta ocasión a La Planche des Belles Filles, a 1.140 metros de altitud, una ascensión de primera categoría.
Luego de la victoria inicial de Chris Froome en 2012, los italianos Vincenzo Nibali (2014) y Fabio Aru (2017) inscribieron sus nombres en el palmarés, seguidos después por Teuns y Pogacar.
La salida de Tomblaine está prevista a las 11h05 GMT, y la llegada a la Planche des Belles Filles hacia las 17h29 (horario calculado a 42 km/h).