Combate anunciado entre esprinters y rodadores, la decimonovena etapa del Tour de Francia, que se disputará el viernes en el departamento del Jura, termina en una interminable recta de ocho kilómetros hasta la llegada en Poligny.
En la víspera de la difícil etapa de los Vosgos, el sábado, con seis puertos de montaña y los dos últimos de primera categoría, la del viernes será una buena ocasión para que brillen los esprinters, en un recorrido de 172,8 km con salida en Moirans-en-Montagne, pequeño pueblo de 2.130 habitantes.
Los ‘llegadores’ están llamados a luchar por la victoria, a menos que una escapada logre distanciar lo suficiente al pelotón para llegar a buen puerto, en este Tour dominado por las apisonadoras de los grandes equipos.
“Es un poco más dura que la etapa de la víspera. Y seguramente más complicada de controlar para los equipos de esprinters. Habrá un verdadero partido entre los equipos de los velocistas y de los escapados”, analiza Thierry Gouvenou, el diseñador del Tour.
“Si se llega al esprint, tenemos ocho kilómetros en línea recta. Los ciclistas no deberían tener problemas en encontrar la línea de meta”, añade, bromeando.
Poligny, de 4.000 habitantes, como Moirans-en-Montagne, aparece por primera vez en el mapa del Tour, conforme al deseo de su director Christian Prudhomme de proponer grandes ciudades en Francia y en el extranjero y también pequeños pueblos.
La salida desde Moirans-en-Montagne está fijada a las 13h15 locales (11h15 GMT), siendo lanzada a las 13h30 francesas (11h30 GMT), con llegada prevista a Poligny a las 17h20 (15h20 GMT), con un horario calculado a una media de 45 km/h.
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