El luchador cubano Mijaín López culminó este martes una hazaña nunca vista en los Juegos Olímpicos, ganar cinco oros de la misma disciplina individual, y emocionó al público de París dejando sus zapatillas en el colchón para despedir una carrera de leyenda.
El coloso de la lucha grecorromana completó su gesta en la final de la categoría de 130 kilos, en la que doblegó por un rotundo 6-0 al chileno de origen cubano Yasmani Acosta.
Bajo los aplausos de los 7.000 espectadores del estadio Campo de Marte, López alzó en volandas a sus dos entrenadores y, en una imagen que quedará para el recuerdo de estos Juegos, se arrodilló para quitarse su calzado oscuro, besarlo y colocarlo en el centro de la colchoneta, el ritual de retirada de los luchadores.
El presidente del Comité Olímpico, Thomas Bach, estuvo presente en este recinto frente a la Torre Eiffel para reconocer al icónico luchador.
“La misión está cumplida”, sentenció Mijaín con una gigantesca sonrisa.
“Ese momento lo decidí en estos mismos Juegos”, dijo sobre su gesto final. “Ya di el máximo de capacidad de mi carrera deportiva. Los propios entrenamientos y los combates con oponentes más jóvenes me fueron diciendo que era hora de despedirme, y qué mejor oportunidad que logrando mi quinto oro olímpico”.
Alentado durante el combate con gritos de “López, López”, el cubano explotó su incomparable experiencia, potencia y agilidad para superar sin apuros a Acosta, que le brindó a Chile su segunda medalla en estos Juegos.
Este luchador abandonó Cuba en 2015 precisamente por la falta de oportunidades ante el glorioso recorrido olímpico de Mijaín, que aún así mantuvo la relación y le siguió dando consejos incluso durante el propio torneo de París.
“Tengo una mezcla de muchos sentimientos”, reconoció Acosta tras la derrota. “Uno siempre quiere ganar el oro, pero a la vez estoy contento porque Mijaín López, la leyenda de la lucha a nivel mundial, se retiró conmigo”.
– Imbatido desde Pekín-2008 –
El gladiador surgido del pequeño pueblo de Herradura (oeste) cerró como deseaba un recorrido olímpico en el que no encontró rival desde su única derrota en el debut de Atenas-2004.
Después arrasó con los títulos de Pekín-2008, Londres-2012, Rio de Janeiro-2016 y Tokio-2020.
Ese póker de oros lo colocaba en un exclusivo club junto a los nadadores Michael Phelps (200 m estilos) y Katie Ledecky (800 m libre), los atletas Carl Lewis (salto largo) y Alfred Oerter (lanzamiento de disco), todos ellos estadounidenses, el danés Paul Elvstrom (vela) y la japonesa Kaori Icho (lucha).
Este lunes, Mijaín fundó en París su propio lugar en el olimpo de los Juegos y se despidió con un asombroso balance de 22 victorias y una derrota.
– Triunfo anunciado –
El triunfo del luchador de los 130 kilos de oro, que en dos semanas cumplirá 42 años, fue celebrado con gritos y aplausos en Herradura, el pequeño poblado rodeado de montes, casas humildes y calles polvorientas donde curtió su prodigioso físico trabajando en el campo.
Mijaín le había prometido a sus compatriotas este pentacampeonato que sus propios rivales consideraban casi inevitable.
Sus prodigiosas condiciones y talento le permitieron avasallar en París a sus cuatro contrincantes, incluido el campeón mundial Amin Mirzazadeh, a pesar de que llevaba sin competir desde Tokio-2020 para resguardar un físico que, según su preparador Raúl Trujillo, ha sufrido cuatro hernias discales.
– Símbolo de Cuba –
Los éxitos de Mijaín también representan un bálsamo de ilusión para el deporte cubano, que hasta ahora no había logrado ningún oro en París.
Los resultados de esta antigua potencia olímpica están en declive impactados por la situación económica de la isla y la marcha de muchas de sus figuras.
A diferencia de campeones olímpicos como los boxeadores Andy Cruz o Guillermo Rigondeaux, López permaneció en la isla que lo venera y siempre defendió el legado deportivo de la Revolución Cubana.
Si en 2021 le dedicó su cuarto oro en Tokio al fallecido Fidel Castro, el martes fue felicitado telefónicamente por el actual presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
“La sinceridad y la humildad importan mucho en la vida para lograr resultados como los que yo conseguí”, recalcó Mijaín, que ahora espera seguir vinculado al deporte.
Formar a luchadores y trabajar con los jóvenes “es lo que me gustaría”, avanzó. “Quiero trabajar siempre en el deporte”.
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