Un mes después del inicio de la cita olímpica en París, la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos 2024 ofreció un espectáculo enfocado a la inclusión de todos los cuerpos y prometió una “revolución” que transformará el mundo.
Esta vez bajo el brillante sol parisino, la cita paralímpica, la primera de la historia en Francia, comenzó puntualmente a las 18H00 GMT con un espectáculo de unas tres horas ideado por el prestigioso director de teatro francés Thomas Jolly.
“Bienvenidos al país del amor… y de la revolución”, declaró el presidente del Comité Organizador de París-2024, Tony Estanguet, una vez caída la noche en la plaza de la Concordia, donde un escenario central en torno al famoso Obelisco de Luxor acogió el espectáculo ‘Paradoxe’ (Paradoja).
Unos 4.400 deportistas de 168 delegaciones desfilaron desde los Campos Elíseos, considerada entre los franceses como “la avenida más hermosa del mundo”, hasta la plaza donde Luis XVI y María Antonieta perdieron sus cabezas durante la Revolución.
A su paso, los casi 50.000 espectadores aplaudieron y corearon los nombres de los países y los paradeportistas entretenían al público.
“Esta noche comienza la revolución paralímpica”, aseguró Estanguet, una idea compartida por el presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI), el brasileño Andrew Parsons, que celebró durante su discurso “el evento deportivo más transformador del mundo”.
Tras las palabras de Estanguet y Parsons, el presidente francés Emmanuel Macron declaró oficialmente “abiertos” los Juegos Paralímpicos de París.
– “Una utopía” –
Para cumplir este objetivo revolucionario, Thomas Jolly, que dirigió la elogiada pero también polémica inauguración de los Juegos Olímpicos, aseguró que el ‘show’ que concedería valor a “todos los cuerpos”.
La ‘Phryge’, mascota oficial de París-2024, fue protagonista de los primeros momentos de la ceremonia, que comenzó con un vídeo del paranadador francés Théo Curin, subido a un automóvil recubierto con peluches del simpático personaje.
A la llegada del vehículo a la plaza, 140 bailarines trajeados y 16 artistas con discapacidad vestidos con tonos azules, rojos y blancos ofrecieron una enérgica actuación para simbolizar una sociedad que trata de ser más inclusiva, pero que todavía debe esforzarse más.
Con la presencia del artista francés Christine and The Queens, que interpretó una versión electropop del clásico de Edith Piaf “Non, je ne regrette rien”, los dos grupos de bailarines, bajo las órdenes del coreógrafo sueco Alexander Ekman, terminaron la actuación frente a frente, mirándose a los ojos.
Los “artistas con discapacidad y sin ella (…) crean una especie de juegos nuevos, simplemente juegos, ni olímpicos ni paralímpicos”, declaró el lunes Jolly, agregando que “es una utopía hacia la que debemos tender”.
Tras el desfile de los atletas, el escenario de la Concordia siguió acogiendo las distintas actuaciones, como la emocionante interpretación de la canción “My Ability” del artista francés Lucky Love, que nació sin brazo izquierdo.
Con cada nueva actuación, los dos grupos de bailarines, antes separados y distinguidos por sus atuendos, fueron mezclándose para formar un solo cuerpo artístico.
– “Born to Be Alive” –
Mientras el público disfrutaba del espectáculo, la llama proseguía su recorrido, iniciado el sábado en la localidad de Stoke Mandeville, en el Reino Unido, histórica cuna de los Juegos Paralímpicos.
Sobre las 21H15 GMT, la antorcha paralímpica llegó desde los Campos Elíseos a la Plaza de la Concordia.
Allí, decenas de personas que sostenían otras llamas interpretaron un baile al son de “Boléro” del compositor francés Maurice Ravel y formaron los agitos, el símbolo de los Juegos Paralímpicos, antes de que la antorcha partiese hacia su destino final.
Tras recorrer el Jardín de las Tullerías, la llama llegó hasta el pebetero, el icónico globo aerostático de los Juegos Olímpicos.
Cinco paradeportistas franceses, entre ellos la campeona de paratletismo Nantenin Keita y el vigente campéon de paratriatlón Alexis Hanquinquant, abanderados de su delegación, procedieron entonces a su encendido.
En la Concordia, Christine and the Queens regresó al escenario para marcar un final apoteósico al son de “Born to Be Alive” y de los fuegos artificiales que iluminaron el cielo de París, con la centelleante Torre Eiffel de fondo.
La ceremonia da paso así al inicio el jueves de las pruebas, que durarán hasta el 8 de septiembre.
A diferencia de los Juegos Olímpicos, durante los cuales muchos parisinos huyeron de la capital dejando vacía la red de transportes, los Paralímpicos transcurrirán en plena semana de vuelta a las aulas.
“Hay mucha gente que se marchó de París durante los Juegos Olímpicos y se arrepintió. Ahora regresaron y algunos aprovechan para comprar entradas para los paralímpicos”, declaró a la AFP Florence, de 41 años, el miércoles en los alrededores de la Plaza de la Concordia.
Tony Estanguet informó de que ya se han vendido unos dos millones de entradas para las distintas competiciones.
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