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Nadadora paralímpica orgullosa de luchar contra la estigmatización en Uganda

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Por Grace MATSIKO
Kampala, Uganda

La deportista más joven en los Juegos Paralímpicos de Tokio, la nadadora ugandesa Husnah Kukundakwe, desea mantener su progresión el próximo año en París, pero sobre todo seguir “inspirando” a las personas discapacitadas víctimas de estigmatización en su país.

Nacida sin antebrazo derecho y con una malformación en su mano izquierda, Kukundakwe desafía todos los prejuicios desde su infancia.

Sólo tenía tres años cuando se metió por primera vez a una piscina. “Iba allá y jugaba, me paseaba en el agua y me sentía bien. Me encanta estar en el agua”, declara la adolescente de 16 años.

Pero este entusiasmo no era compartido por su madre, que “se preocupaba porque pensaba que no podría nadar”.

“Pero acabó dándose cuenta que seguiría metiéndome en el agua y acabó cediendo”, explica al margen de un entrenamiento en las afueras de Kampala, la capital ugandesa.

A los nueve años ganó su primera carrera, frente a niños válidos. “Eso abrió los ojos a mi madre sobre el hecho de que podría progresar”, sonríe la joven, que nunca pudo imaginar que acabaría participando en competiciones internacionales, pese a las muchas horas que pasa semanalmente en la piscina en presencia de su madre, convertida ahora en su representante.

“No sabía ni que existía la natación adaptada”, admite.

Un viaje a la vecina Kenia cuando tenía once años fue una revelación para la nadadora, quien hasta entonces sólo había competido contra rivales válidos: en Nairobi descubrió que existían otros deportistas discapacitados como ella.

“Empecé a sentirme bien conmigo misma. Si personas con más discapacidades que yo (…) se sentían a gusto y con confianza haciendo lo que más les gustaba, nadar, ¿por qué no yo?”.

– Entrenamientos en línea –

Obtuvo un certificado que le autorizaba a competir a nivel internacional y después participó en las Series Mundiales de Natación Adaptada disputadas en 2019 en Singapur, antes de su consagración con la clasificación para los Juegos de Tokio.

Pero la decisión de las autoridades ugandesas de cerrar piscinas y gimnasios durante la pandemia del covid-19 alteró su preparación.

Para mantener la forma, Kukundakwe hizo ‘jogging’ con su padre, ingeniero, o sus hermanos. Y siguió entrenamientos… por Zoom.

En los Juegos Paralímpicos de Tokio, de agosto a septiembre de 2021, participó en los 100 m braza SB8, sin lograr clasificarse para la final, aunque sí mejoró su récord personal (1:34.35).

Una experiencia a la vez “increíble” y “angustiosa porque competía con leyendas paralímpicas y que eran para mí modelos”.

Le marcó especialmente un encuentro con la irlandesa Ellen Keane, oro en los 100 m braza SB8. “Rezo todos los días por parecerme a ella”, asegura Kukundakwe.

Su ambición va más allá de los títulos y las medallas. “Mi principal objetivo al participar en competiciones internacionales es inspirar a las personas discapacitadas, en especial a los niños, para que cumplan sus sueños”, asegura.

– “Cambiar las miradas” –

La tarea se antoja mayúscula en Uganda, país de la región de los Grandes Lagos y uno de los más subdesarrollados del planeta, donde con frecuencia los niños con discapacidad son considerados una carga y son abandonados por sus familias.

Según la Comisión Ugandesa por la Igualdad de Oportunidades, las personas discapacitadas siguen enfrentándose a la estigmatización, a la discriminación e imposibilitados de acceder a servicios públicos como la sanidad y la educación.

Joven embajadora del Comité Paralímpico Internacional, Husnah Kukundakwe empieza a ver una evolución en la mentalidad de sus compatriotas.

“Cuando regreso de competir, la gente me viene a decir ‘Hola Husnah, bienvenida’. Antes me miraban, incluso fijamente, y me señalaban”, declara.

“Mi carrera ha cambiado las miradas. La gente ya no me ve como una chica discapacitada, sino como alguien que viaja por todo el mundo como nadadora profesional”, añade.

Pese a que ya piensa en Los Angeles-2028, su ambición no se limita a la piscina. “Aunque me encanta nadar, no puedo hacerlo eternamente”, asegura Kukundakwe, quien sueña con convertirse en pediatra.

© Agence France-Presse