Representarán a México en la Serie del Caribe
Por Marco Montoya
ESTO/ México
Los Charros de Jalisco dieron una exhibición explosiva de bateo en el Juego 7 de la serie final en la Liga Mexicana del Pacífico para proclamarse como los monarcas del circuito invernal, tras aplastar 8-1 a los Tomateros de Culiacán.
La novena tapatía demostró su poder con rallies en el segundo y cuarto rollo para terminar con el dominio en la LMP de los guinda, quienes se recuperaron de perder los primeros dos encuentros, pero al final se quedaron con las ganas de obtener el tricampeonato.
Fernando Flores lució por los jaliscienses, a pesar de que fue el noveno en la alineación, respondió con cuatro imparables en el mismo número de turnos y remolcó dos carreras, se comodidad en la caja de bateo se vio reflejada en su promedio acumulado de .467.
El estadounidense Brennan Bernardino se encargó de silenciar a los maderos sinaloenses, trabajó durante ocho innings, solamente recibió cuatro imparables y una carrera.
Amadeo Zazueta comenzó la fiesta local con un doblete que abrió la pizarra, luego otro par de extrabases por parte de Fernando Flores y José Aguilar pusieron la balanza 3-0 al término del segundo inning.
Con la ventaja, Bernardino sacó lo mejor de su repertorio para dominar a los culichis, en ningún momento estuvo en peligro la ventaja de su novena.
La ofensiva que garantizó el título de los Charros llegó en el cuarto tramo. Jalisco ni siquiera necesitó pirotecnia, adivinó los disparos de Manny Barreda.
Nueve bateadores desfilaron en ese capítulo y dejaron un racimo de cuatro carreras, todas a base de sencillos.
El también lanzador de los Orioles de Baltimore dejó la lomita de las responsabilidades después de 3.1 entradas. Su línea acabó en seis carreras tras ocho imparables.
La desventaja de 7-0 desmoralizó a Culiacán, el mánager Benjamín Gil no encontró la forma de devolverle la motivación a sus pupilos y el resto del partido fue puro trámite.
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