Desde su atribución a Catar en 2010, el Mundial-2022 fue uno de los más polémicos de la historia, pero el emirato ha logrado salir ganando en materia de imagen e influencia, especialmente en los países del sur y en el mundo árabe, según varios expertos.
Desde las acusaciones de corrupción para obtener el torneo a las críticas sobre los derechos de los trabajadores migrantes y las personas LGBT+, «había muchas preocupaciones en cuanto a la organización y la seguridad, además de la polarización al extremo de esta Copa del Mundo», recuerda Carole Gomez, doctoranda en sociología del deporte en la universidad de Lausana, en Suiza.
«Cabe señalar que esta politización no ha sido tan importante como podría haber sido y que, si bien ha habido errores, han sido poco mediáticos», remarca Gomez.
«El evento ha ofrecido a Catar la oportunidad de lavar su imagen de país de escándalos, incluso de olvidar los casos que precedieron el torneo», profundiza Raphael Le Magoariec, especialista de geopolítica del deporte en el Golfo de la Universidad de Tours, en Francia.
Para Andreas Krieg, profesor en el King’s College de Londres, los «choques culturales en redes sociales sobre los valores y los símbolos» no deberían afectar las relaciones internacionales.
«Catar ha utilizado la Copa del Mundo para cimentar sus relaciones diplomáticas», señala, e «incluso en países en los que la cobertura mediática ha sido mayoritariamente negativa, como en Reino Unido, las élites políticas se han mantenido positivas hacia el anfitrión del Mundial».
– «Beneficio neto de ‘soft power'» –
Según Simon Chadwick, profesor de economía y geopolítica del deporte en SKEMA Business School, en Francia, el emirato sale con «un beneficio neto en ‘soft power'», particularmente en el Sur y en el mundo árabe, donde la competición ha «dado un latigazo» a su influencia preexistente.
Es lo que por ejemplo más valoran las autoridades cataríes. «Hemos mantenido nuestra promesa de organizar un campeonato excepcional para los países árabes, que ha permitido a los pueblos del mundo descubrir la riqueza de nuestra cultura y la originalidad de nuestros valores», escribió el emir, Cheikh Tamin ben Hamad Al Thani en Twitter, el domingo.
Entre el príncipe heredero saudita Mohammed ben Salmane como invitado de honor en la ceremonia de apertura y el uso por el emir de una bufanda verde, color de la selección saudita, se recordará la puesta en escena de la reconciliación con Arabia Saudita, después de sus problemas diplomáticos entre junio de 2017 y enero de 2021.
La causa palestina se invitó también a los estadios, con numerosos aficionados y los jugadores de Marruecos portando la bandera de Palestina.
«Eso ha unido al mundo árabe e islámico alrededor de Catar, campeón de las preguntas regionales como Palestina o el anticolonialismo», según Krieg.
Gomez también subraya «diferentes encuentros en los que Turquía estuvo implicada». «El mensaje fue dado a escala global y no solo a escala únicamente occidental y europea principalmente», analiza.
– «Siguen teniendo dudas» –
«Incluso en el norte, por ejemplo, en algunas partes de Europa, la percepción y actitud de algunas personas hacia Catar han evolucionado positivamente», añade Chadwick.
«Muchos visitantes, especialmente en los medios de comunicación (…), siguen teniendo dudas», constata sin embargo, y «hay todavía una resistencia considerable en países como Dinamarca, Alemania y Países Bajos, a la que las autoridades cataríes eligieron no enfrentarse».
Le parece «poco probable que cuatro semanas sean suficiente para cuestionar las ideas recibidas y los estereotipos». «El verdadero trabajo de construcción del ‘soft power’ empieza por el gobierno catarí», concluye Chadwick.
Con un primer obstáculo: las sospechas de corrupción en el Parlamento Europeo, reveladas en pleno Mundial.
Carole Gomez se pregunta sobre los efectos que tendrá este escándalo, pero también sobre como Catar va a «imaginar su diplomacia deportiva en el futuro», en un contexto de competencia con Arabia Saudita, con ambos países pugnando por los Juegos Olímpicos de 2036.
«Hace varios meses me decía que íbamos a asistir quizás, en vista de las acusaciones de ‘sportwashing’, a una ralentización por parte de ciertos países listos a investir a todo precio en el deporte», dice. «Pero cuando miramos lo que ha pasado en Catar, no podemos estar seguros».
La cuestión climática, sin embargo, podría convertirse en determinante, estima Carole Gomez, mientras que Arabia Saudita fue designada a principios de octubre para acoger… los Juegos Asiáticos de invierno de 2029.
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