Por JUAN PABLO MÉNDEZ
AL ARABI AL JADID | Qatar
El gusto enorme de hablar con Jorge Burruchaga, muchas gracias por tu tiempo para Al Arabi. ¿Qué espera de diferente en Qatar, usted que tuvo dos Mundiales como jugador y uno como manager de la Selección Argentina?
-Hola, primero por la fecha. Pensemos que, en la historia de los mundiales, por primera vez que se cambia la fecha, de junio al medio de la temporada en todo el mundo. Y jugarlo en noviembre. Desde ese punto de vista los jugadores llegarían menos cansados, con menos competencia, pero también con menos tiempo de trabajo de los seleccionadores con ellos. No nos olvidemos que cada Liga se va a jugar hasta una semana antes del Mundial. No va a haber tiempo de ese recambio, de adaptarse a lo que es un Mundial, que se juega cada cuatro años. Desde mi punto de vista se tendría que haberles dado más tiempo a las selecciones. Se juega en un país árabe. Yo conozco Qatar, se hace en un espacio muy chico porque Doha es una ciudad chica para lo que es el mundo del fútbol. En las dos primeras semanas se van a encontrar todas las selecciones, todos los hinchas en la misma ciudad. Va a ser raro. Va a ser un descubrimiento distinto. No tengo dudas de que va a ser un gran Mundial por el poder económico que tienen ellos para armar este Mundial que se acerca. Va a haber cosas que no son habituales. En definitiva, adentro de la cancha seguirá siendo lo mismo, serán once contra once. Yo creo que se viene un Mundial, futbolísticamente hablando, apasionante.
-¿Usted podría decir qué equipos son los favoritos a campeón? ¿Cuál es su visión personal?
-Empecemos por Argentina, que está muy bien. Está muy sólida. No es poca cosa llevar 34 partidos invicto, con un equipo afianzado. Obviamente después de ganar la Copa América en Brasil el equipo se liberó, y la figura de Leo se manifiesta más que la de ningún jugador. Argentina tiene un potencial en cuanto al grupo, que normalmente lo viene haciendo hace mucho tiempo. En cuanto a las características, el entrenador le puede dar distintas posibilidades, más teniendo a Messi. En el mismo lote, o un poquito arriba, pueden estar Francia y Brasil. Pero Argentina está muy cerca. Y tenés un lote de equipos a los cuales hay que respetar. Hay algunos de ellos con mucha historia. Ni hablemos de Alemania… Es una selección que en el fútbol nunca se le puede despreciar ni faltar el respeto porque en los mundiales siempre dice presente salvo el pasado en Rusia. Después tenés equipos de segundo nivel, si lo querés llamar de alguna manera, que son muy buenos, como Portugal, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos, España, através de la juventud que tiene Luis Enrique en su equipo. Croacia es otro. Uruguay siempre da dolores de cabeza. Ecuador tiene una gran selección. Yo digo que es un Mundial, a diferencia del pasado, con muchas más selecciones competitivas. Se va a ver en los partidos de los grupos y en los que se clasifiquen a octavos.
-¿Cuál es el punto más alto y el punto más bajo de Argentina?
-Yo creo que el punto más alto es el equipo. En el equipo obviamente entra Leo y siempre con una gran figura como lo es Leo hoy, y como lo fue Maradona en la época nuestra, necesita de lo colectivo, de lo que resulta ser el juego. En la madurez, en la edad de Leo, en encontrar un Messi que no va a ser determinante como antes que hacía 50 regates por partido, con 50 aceleraciones. Hoy está jugando de otro modo, se tira un poquito más atrás, organiza, tiene experiencia, voz de mando. En eso hay una gran complementación que es el equipo. Por eso yo rescato que Argentina tiene un muy buen equipo, con distintas variables. Se vio muy bien. Tiene laterales que son profundos, cuando juegan Molina y Acuña. Hay laterales que son más de marca, como Montiel y Tagliafico. Los volantes lo mismo. Yo creo que Leo tiene un equipo, a diferencia del último Mundial en que llegaron desgastados, que le da muchas posibilidades de pase, hasta su regate mismo. Si bien no tiene la frecuencia de antes sigue teniendo esas pinceladas que lo hacen distinto. Yo le valoro a la selección argentina el buen equipo, bien entendida la palabra equipo como es el juego. El equipo, más allá de una gran individualidad, tiene eso que vez: este equipo no son dos o tres solitarios más allá de un genio. Son futbolistas que entienden, que juegan, que pelean por su objetivo y eso lo hizo sólido.
-¿Pero punto débil no le observa?
-Quizá el punto débil, que todos los equipos lo tienen, de Argentina puede ser en el juego aéreo que los jugadores no tienen mucha altura. Todos sabemos que el balón detenido siempre es eficaz, hay muchos que lo trabajan, hay otros que no tanto. Siempre hay goles de juego aéreo y en ese sentido puede haber un punto débil de la selección argentina.
-Usted trabajó en todo el proceso previo y durante el Mundial de Rusia con Jorge Sampaoli de entrenador. Usted convivió con Messi. ¿Qué diferencia observa entre este Messi y el del Mundial de Rusia en el que Argentina no satisfizo la expectativa de los hinchas?
-Yo creo que la más notoria la vemos todos: la más notoria fue haber ganado la Copa América con todo lo que le costaba a él y a una generación pasada que fue brillante pero que le faltaba un título, tanto en la Copa América como el Mundial 2014. En eso se ve reflejado que hoy se expresa más, se ríe más, hasta disfruta mucho más. Quizás, a veces, en el fútbol nos ponemos demasiadas cargas al no encontrar el resultado. Y eso no es bueno, te juega en contra. Un poco le pasó en el Mundial pasado a esa gran camada de futbolistas que tuvo la Selección. Hoy, en este triunfo, en poder lograrlo, y en el recambio, que lo favoreció, con más juventud, con más impronta en cuanto a lo que es la movilidad. Leo está más combativo. Yo creo que eso lo alivianó a Leo, si bien el peso del equipo siempre lo va a tener, por eso es Leo. El peso del equipo lo va a tener él. Pero por esas cosas del fútbol, que siempre pasan, este momento lo favorece a Leo.
-También en el cuerpo técnico de la selección argentina en Rusia 2018 estaba Lionel Scaloni, que es el actual entrenador, que tenía un rol menor en Rusia. Usted lo vio trabajar a Scaloni. ¿Qué es lo que más te sorprende de la evolución de Scaloni? Scaloni llegó sin apoyo mediático y de los fans a dirigir a la selección. ¿Usted lo veía capaz?
-Él estaba de segundo ayudante porque había varios. Detrás de Beccacece venía él. Pero él estaba trabajando en un aspecto sobre la relación con el plantel. De ese plantel, él había jugado con varios de ellos. En el caso mío, hablábamos de fútbol, él ya era entrenador. Yo conviví con él en los primeros seis meses de su interinato, donde hizo el recambio. Muchos muchachos después de 2018 dejaron de jugar en la Selección, caso Mascherano, Biglia, Banega, Higuaín. A Scaloni se le veía como a cualquier joven que le dan una selección, o un equipo, con mucho entusiasmo, con una impronta de juego muy fácil de interpretar. Esas cosas, a través de resultados, lo llevaron, pasando varios interinatos, algo que no es común en una selección, a ser un técnico invicto, que armó un muy buen equipo, muy buen plantel. Él es muy claro, muy simple. Y eso él lo llevó a perdurar en este camino y llegar a Qatar. Y a él le da, en esa relación que tiene con varios, un plus de conocerlo de cuando él era jugador. Hoy es entrenador y le da un valor agregado que le va muy bien.
-Este Mundial se va a perder al goleador del momento, Erling Haaland. También a un gran jugador como Mohamed Salah, el mejor jugador africano. También a un gran jugador argelino como Riyad Mahrez. ¿Qué pierde el Mundial al no tener a estos tres grandes futbolistas?
-Lógicamente que son grandes futbolistas. Sobre todo el noruego, una de las apariciones más increíbles de los últimos tiempos. Pero en los mundiales siempre ha pasado eso. En cada Mundial siempre han quedado grandes futbolistas que no pudieron estar. No es fácil llegar al Mundial, más difícil es ganarlo. Pero lógicamente, Egipto jugó el Mundial pasado. Senegal viene haciendo las cosas bien, buen equipo africano, como Mahrez con Argelia. Los italianos, con su rica historia, ya van dos mundiales consecutivos que no se clasifican. Esto marca que, si bien los grandes siguen siendo grandes, hay selecciones que van creciendo y cada vez se rivaliza más. Esto hace que haya esta sorpresa.
-¿Cuál es tu valoración del fútbol árabe? Nunca los árabes tuvieron éxitos en los mundiales, pero han ido técnicos y jugadores argentinos a trabajar allá.
-El fútbol árabe va en una evolución, la cual el mundo futbolístico árabe empezó hace más de diez años. Arabia Saudita volvió a clasificar, van dos mundiales consecutivos. Emiratos Árabes se quedó en la puerta cuando perdió con Australia. Yo creo que el fútbol árabe de a poco va creciendo, han ido jugadores y entrenadores. Yo creo que le va a llevar un tiempo más. Además, hoy a partir de las posibilidad de nacionalizar extranjeros lo va a hacer fuerte dentro de un tiempo. Hoy tenemos la posibilidad de ver todo y a diferencia de lo que era diez años atrás el fútbol árabe está en plena evolución.
-Nunca un equipo árabe o africano llegó a la semifinal de un Mundial. ¿Usted cree que puede ocurrir en el Mundial de Qatar?
-Si yo le contesto que sí me contradigo con lo que dije anteriormente. Yo creo que les falta. Si bien el fútbol está lleno de sorpresa y puede pasar de todo, todavía a los equipos africanos y árabes les va a costar. Como les cuesta a las grandes selecciones,. Ni hablar de Inglaterra lo que le cuesta llegar ahí. Lo que le cuesta a Países Bajos, para poner un parámetro. Yo creo que los equipos árabes continuando por este camino, no digo en dos o cuatro años, con más tiempo se les puede dar.
-Tú convertiste un gol en la final del Mundial de México 86 a pase de Maradona. ¿Qué significó en tu vida personal y deportiva haber metido un gol en una final de un Mundial a pase de Diego Maradona?
-En cuanto a lo personal, no me modificó nada. Sinceramente lo digo, no me cambió nada. Sí la alegría máxima que tuve como futbolista fueron los mundiales del 86 y del 90, que jugamos dos finales. La del 86 lógicamente por el gol que me tocó hacer, que te ve todo el mundo. Sobre todo, hay que pensar que esos tiempos no eran como ahora, en cuanto a la difusión, a la magnificación que hay de las noticias, por la velocidad que llega una cosa. Si Argentina logra ganar y ese gol lo hace Messi será un poco más. Pero si lo hace uno menos conocido va a ser más conocido de lo que fuimos nosotros en esa época. Pero, no es ni más ni menos que lograr el objetivo más difícil que tiene un futbolista que es jugar con su selección, ganar un título, convertir un gol. Eso es lo que yo digo siempre que dentro de tantísimos jugadores que lo intentan yo fui uno de esos, como pocos dentro de la historia del fútbol argentino, en cuanto al gol, en lo que significó y como digo hace 36 años fue la alegría más grande de mi vida.
-Usted jugó con Maradona, usted viste jugar a Messi. ¿Quién te generó más asombro al verlo jugar?
-Los dos, sinceramente, más allá de los tiempos. Jugaron distinto. Diego era un jugador más todoterreno, te podía jugar de delantero, de enganche, de mediocampista, de asistidor. Leo hasta estos últimos tres años era horizontal y vertical pero de 30 metros, la velocidad de él y los avances eran superiores a Diego. Lo de Leo parecía un tren bala. Pero yo creo que las diferencias que hay, es lo bueno de todo esto, como siempre digo, que los dos son argentinos y hay que disfrutarlo. Dentro de los cambios del fútbol, lo cual la comparación y el comentario no me llevan a más allá de lo que digo. De la diferencia que hacen ellos futbolísticamente, ni hablar de la personalidad, a la diferencia que habia en esa época nuestra y la de ahora.