El gran obstáculo en la negociación de Gonzalo Lencina al Junior de Barranquilla fue la cláusula de rescisión de contrato con el Atlético Bucaramanga. En días pasados, el presidente de la institución santandereana, en entrevista con Caracol Radio, fue tajante: O Lencina paga la cláusula de rescisión o será demandado ante FIFA.
En un live, José Hugo Illera explicó como fue la negociación que terminó con la confirmación de la llegada del argentino al Junior.
Todo comienza en diciembre del año anterior. Cuando Atlético Bucaramanga envío el contrato a Gonzalo Lencina, el representante del jugador hizo algunos cambios. El más notorio fue que si llegaba una buena oferta del exterior o del fútbol local, podía rescindir su contrato a los 6 meses sin necesidad de cumplir el año. El cuadro leopardo se dio cuenta del cambio y cambiaron esa cláusula. Bucaramanga puso que el jugador debía pagar la rescisión la cual oscilaba en US 157.000 o permanecer hasta que terminara su contrato.
Todo parece indicar que ni Lencina ni su representante leyeron dicha corrección y firmaron el contrato.
Cuando Lencina envió la carta de renuncia, Atlético Bucaramanga inmediatamente apeló a la cláusula de rescisión. Lencina debía pagar o de lo contrario sería demandado ante FIFA.
En ese momento actúa Junior de Barranquilla. El cuadro rojiblanco ofreció pagar la cláusula de rescisión y este valor sería descontado de la negociación. Primero ofreció un pago en 3 cuotas, el cual fue negado por el conjunto leopardo ya que quería que se hiciera de contado. Junior envío una contrapropuesta en dos partidas en determinadas fechas, algo que aceptó el Bucaramanga.
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